La derrota del Barça ante el Atlético ha sumido al club en un ambiente incierto. La sensación es que el equipo juega mucho mejor que la temporada pasada, pero los resultados en la Liga vienen a ser los mismos. La inexplicable caída de los blaugrana en este último mes y medio y su irregularidad ponen de los nervios. La confianza en Hansi Flick, que ha vuelto a poner al Barça en el mapa de la elite europea, es total pero hay ingredientes que no acaban de cuadrar. La última derrota en Montjuïc fue cruel y dura, pero también se han dado situaciones que recuerdan mucho lo que sucedió el curso pasado y eso preocupa.
Porque en el mes de enero comienzan a disputarse los títulos y el prestigio del proyecto está en juego. Hasta ahora se ha perdonado todo por los buenos momentos que ha dado este equipo en los primeros meses de competición, pero seguir perdiendo puede tener su precio. Así es el fútbol. Para Flick y para todos.
El entrenador alemán fue la apuesta personal de Joan Laporta para intentar recomponer un proyecto que hacía aguas por todas partes. Se llegó a la conclusión que la plantilla podía dar mucho más de sí y que se necesitaba un técnico más metódico y con éxitos internacionales para poder sacar el máximo rendimiento. Y Flick lo logró. Pero este Barça suele caer y mucho en épocas cercanas a Navidades y el alemán tampoco ha podido pararlo. El juego no es alarmante pero la racha hubiese puesto en problemas a cualquiera y más si se está entrenando a un equipo grande. Sino que se lo digan a Ancelotti, que con un arranque similar fue netamente cuestionado.
[–>
En el Barça esperan que las vacaciones sirvan como punto de inflexión para que el equipo recargue pilas. Ya han demostrado su nivel en auténticos partidazos y deberán dar un paso al frente. O eso o Flick toma alguna decisión para remover al vestuario con algún que otro cambio en el once. Lo que queda claro es que no se fichará para corregir nada. Flick no pidió fichajes en verano ni lo ha hecho ahora, por lo que el efecto reacción debe llegar desde dentro. Por ahora calma tensa hasta jugarse los primeros títulos del año.