El Girona se marchó de Balaídos con un punto bajo el brazo. Un punto que supo a poco, porque esta vez sí que parecía que el equipo se llevaría la victoria, que además se antojaba vital para alzar de nuevo el vuelo en LaLiga y recuperar sensaciones de cara a la visita del Feyenoord a Montilivi el próximo miércoles.
Como mínimo, Yangel Herrera desatascó en ataque y puso fin a una sequía goleadora que perduraba desde la derrota en el Parque de los Príncipes y que ya estaba empezando a preocupar. No es un secreto que el Girona no tiene la misma claridad ni determinación de cara a portería, una carencia que le está pasando factura en este inicio de temporada. Más aún con un calendario que no da tregua.
Y la pregunta que muchos se harán es, ¿por qué el Girona está negado de cara a portería? Pues la respuesta fácil sería decir que nota la ausencia de un ‘killer’ como Dovbyk, que se hartó de meter goles (24) el curso pasado. Sin embargo, ese no es el principal motivo. El ucraniano apenas llevaba tres dianas en las ocho primeras jornadas, ni una quinta parte de los goles que había marcado el equipo.
El problema, pues, lo evidenciaba Míchel en la rueda de prensa postpartido: el control del balón no termina de traducirse en goles. “No puede ser que tengas tanta posesión en campo rival y que no tires a puerta o no finalices jugada“, lamentaba.
STUANI, ABEL Y MIOSVKI: LOS ‘9’ DEL GIRONA
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Ahora bien, el técnico cuenta con hasta tres delanteros centro en la plantilla. Cuatro si incluimos a Danjuma. ¿Qué pasa con su rendimiento? Por un lado, Stuani quedaría fuera de la ecuación. Su rol es y será secundario, tal y como sucedió el curso pasado, aunque se confía en que su aportación desde el banquillo sea clave, y es que ya suma dos dianas en apenas 24 minutos. Y por el otro, están Abel Ruiz y Bojan Miovski, dos perfiles distintos pero que comparten estado de forma.
Si Abel Ruiz actúa como ‘9‘ y debe ser la máxima referencia ofensiva, lo normal es que no sea él quién debe meter los goles. Es decir, que su naturaleza no es la de ‘enchufar’ todos los balones que le lleguen, sino generar esas acciones de ataque y, de vez en cuando, anotarlas. Le gusta salir de su zona, descolgarse y entrar en contacto con el balón de vez en cuando.
En Balaídos, sin embargo, estuvo demasiado desaparecido. Así a bote pronto, se le recuerda aquel remate de cabeza que se le marchó algo cruzado, pero poco más. Completó seis pases – pocos comparados con su media – , no ganó ni un duelo por el suelo y perdió hasta cinco balones.
¿QUÉ PASA CON MIOVSKI?
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Por ello, se espera mucho más de Bojan Miovski. Un perfil más de ‘killer‘, algo más parecido a Dovbyk – salvando las distancias -. Venía con un currículum que impresionaba (26 goles en 53 partidos en la 23/24), pero por ahora no ha logrado dar con la tecla y continúa con su proceso de adaptación.
A priori, él venía para cubrir la dolorosa baja del ucraniano. Venía a marcar los goles, pero por ahora su participación está siendo muy discreta. Debutó en el Metropolitano, pero no tuvo apenas tiempo y el escenario tampoco fue propicioso para que se luciera. Y fue titular ante Osasuna y Valencia, donde se le vio algo desconectado y no protagonizó casi ninguna acción clara de gol. Los otro cuatro partidos, incluidos los tres últimos, los ha visto desde el banquillo.
INÉDITO EN LOS ÚLTIMOS TRES PARTIDOS
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“Es un jugador que está haciendo las cosas bien. También están Stuani y Abel que juegan en la misma posición y ahora mismo hemos decidido que jueguen otros. Poco a poco debe encontrar su mejor versión para adaptarse a nuestra idea”, explicaba Míchel en la previa del duelo ante el Celta.
Era la máxima referencia del Aberdeen escocés, y destaca por su velocidad, su finura con balón y su capacidad para marcar todo tipo de goles. Su equipo realizó una mala temporada y tuvo que pelear por el descenso, pero el macedonio anotó 26 tantos que tomaron muchísimo valor. Ahora bien, la competición no es la misma y el ritmo o la exigencia son otras, por lo que se puede entender que le está costando entrar en el equipo.
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Queda mucha temporada por delante pero está claro que la gente tiene ganas de verle bien, para ver de qué pasta está hecho más allá de los ‘highlights’ que hayan podido ver. ¿Cogerá confianza y será importante para Míchel?