Kylian Mbappé terminó el partido contra el Barça desesperado y es completamente normal. El francés sufrió como ningún otro uno de los grandes talentos que ha demostrado el equipo de Flick: la habilidad para dejar en fuera de juego a los rivales.
Los madridistas se relamían tras ver el partido de los azulgrana ante el Bayern. La defensa adelantada del Barça, que no habían podido aprovechar jugadores como Kane, parecía un caramelo ante otros futbolistas tan rápidos como Mbappé o Vinicius.
Pero los de blanco no tuvieron en cuenta que la defensa del Barça ha perfeccionado este arte hasta llevarlo a otro nivel. No hay ningún equipo en el mundo que, a día de hoy, mueva su línea de manera tan organizada y armonioso como el equipo de la Ciudad Condal, pero nada es casualidad.
Detrás de ese elemento, que tan clave se ha vuelto en el juego de este nuevo y atractivo Barcelona, hay un trabajo minucioso de Hansi Flick y sus ayudantes.
El Real Madrid cayó 12 veces en fuera de juego en el Clásico. Cada una de ellas era aplaudida por Hansi Flick en el banquillo y celebrada con euforia por sus ayudantes. El alemán está completamente convencido de que sus jugadores han encontrado el camino y quiere persuadirles de creer en ello, haciéndoles ver que, cada vez que tiran la línea con esa destreza que solo ellos han demostrado, el valor de sus acciones es como el de un gol.
“Hay que tener huevos”
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Uno de los que ve como trabaja la línea defensiva de manera muy cercana, Marc Casadó, se encargó de dejarlo claro en la zona mixta del Santiago Bernabéu, tras la goleada ante el Real Madrid.
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“Es lo que llevamos haciendo toda la temporada. El trabajo defensivo de este equipo es espectacular. Es importante que el balón esté presionado si tenemos la línea tan alta, pero lo de la línea defensiva… el tener los huevos de tenerla así de alta es increíble y de momento nos está funcionando”, sentenció el centrocampista del Barça, que se ha convertido en una pieza fundamental para Flick.
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Si algo ha demostrado el alemán es que no tiene reparo alguno en creer en sus ideas hasta el final. La confianza máxima en la cantera, la presión alta, una línea defensiva casi suicida que funciona a las mil maravillas… Este Barça sabe lo que hace y ante el Real Madrid no solo dejó en fuera de juego a los delanteros rivales, sino más bien a todo el equipo, tanto a nivel futbolístico como mentalmente.