El Barça de Flick vuela. En apenas unos meses el alemán ha logrado que ver al Barça vuelva a ser un acontecimiento. Uno por el que vale la pena ir al campo, encender la televisión o reunirse con los amigos. El Barça vuelve a ilusionar al culé porque es sobre todo un equipo vivo, en movimiento constante, que crece cada semana y alimenta las expectativas. El presente es radiante y el futuro un lienzo en blanco.
Los titulares sobre el partido ante el Sevilla apuntarán al liderato, pero lo más estimulante son las sensaciones que transmite este equipo. El conjunto azulgrana volvió a atropellar a un rival. Esta vez, la víctima fue el Sevilla de García Pimienta.
El Barça de Flick ahoga a los equipos con oleadas salvajes. Juega con una intensidad asombrosa. Nadie pensó que el Barça de Flick sería el Barça de Raphinha. Y menos aún que el brasileño, uno de los jugadores bajo sospecha en la Era Xavi, ilusionaría así al barcelonismo. Raphinha se ha convertido en la constante de este equipo, un derroche de energía expansivo y el jugador que tira del equipo cuando el rival aprieta.
Ante el Sevilla no necesitó marcar para volver a hacer una demostración de determinación y confianza. Marcaron Lewandowski, por partida doble, Pedri e incluso Pablo Torre, que demostró que tiene ángel a balón parado.
El debate de la portería
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El gol del Sevilla fue tan anecdótico que nadie reparó en Iñaki Peña durante todo el partido en una semana marcada por el debate en la portería. La mejor noticia fue el equipo, pero resulta imposible no reparar en varias actuaciones que dejó la noche. Una de ellas la protagonizó Pedri, que ya es el futbolista que todo el mundo imaginó que podía llegar a ser.
Ante el Sevilla fue el jugador más clarividente del encuentro. No solo mostró un manual de precisión, esta vez también fue capaz de marcar un golazo con un gran disparo. El balón se coló en la escuadra y lo celebró el barcelonismo que hace tiempo que esperaba este Pedri. Le ha bastado no tener lesiones, jugar con continuidad y recuperar la confianza.
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En un Barça que vuela, Pedri es capaz de darle un punto de pausa que marca las diferencias. También brilló Lewandowski, que parece haber rejuvenecido de forma milagrosa desde que llegó Flick. Pero el gran momento de la noche fue el regreso de Gavi tras un viacrucis en forma de lesión. El andaluz no pudo esconder su emoción y tampoco el estadio, que le dedicó una ovación monumental. Lo sabe el culé, con Gavi el equipo recupera el corazón. Su regreso no podía llegar en mejor momento: en un Barça arrollador, Flick recupera al jugador con más nervio de la plantilla. Ahora esperan Bayern (miércoles) y Madrid (sábado), pero el equipo parece estar listo para la semana mágica.