De acuerdo con un inédito estudio, se ha descubierto que los peces controlan activamente el momento de su eclosión a través de una neurohormona específica que libera enzimas que disuelven la pared del huevo. Así lo ha determinado la Universidad Hebrea de Jerusalén de Israel, cuya publicación en la revista Science está dando mucho de qué hablar.
Por lo tanto, de acuerdo con la investigación, se menciona que los embriones no son pasivos en su proceso de eclosión, sino que lo controlan activamente. “La supervivencia depende de una sincronización perfecta para eclosionar”, señalan los artífices del trabajo, siendo que es imperativo que las especies que ponen huevos salgan de los mismos en el momento oportuno.
“Sorprendentemente, es el propio embrión el que dicta este momento de sincronización, aunque hasta ahora se desconocía el mecanismo subyacente“, aseguran. En este sentido, los peces inician la eclosión a través de la hormona liberadora de tirotropina (TRH), la cual viaja por el torrente sanguíneo hasta la glándula especializada, dando eventual paso a la liberación del embrión.
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En caso de funcionar inadecuadamente, el embrión es incapaz de salir del huevo y, por lo tanto, fallece dentro del mismo; de allí su gran importancia dentro del ciclo vital de los ovíparos.