La emoción se desató en la comunidad científica cuando, en 2020, se informó sobre la captura de un pez grande y misterioso en Camboya. Este hallazgo avivó la esperanza de que pudiera tratarse del “fantasma del Mekong”, una especie que no se había avistado desde 2005 y se creía extinta.
Sin embargo, el pez fue vendido antes de que los científicos pudieran examinarlo. “No parecía una prueba definitiva”, afirmó Zeb Hogan, biólogo investigador de la Universidad de Nevada, Reno, quien lidera el proyecto Wonders of the Mekong.
Tres años después, la fortuna sonrió a los investigadores. Pescadores camboyanos capturaron dos ejemplares del misterioso pez, que pesaban entre 5 y 6 kilos y medían entre 60 y 90 centímetros. “Aunque los pescadores no habían visto el pez antes, sabían que tenían algo extraordinario, inusual. Sabían que valía la pena contactarnos”, comentó Hogan.
La publicación de sus hallazgos en Biological Conservation marcó un hito para el equipo, que trabaja para proteger el río Mekong, conocido como la “madre de los ríos”. Este vital ecosistema enfrenta problemas como el desarrollo de represas hidroeléctricas y la sobrepesca, lo que ha llevado a temer que el “fantasma del Mekong”, una carpa salmón gigante, pudiera haber sido aniquilado.
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Este descubrimiento subraya la importancia de la investigación científica y la necesidad de estrategias efectivas para la conservación del Mekong. La historia del “fantasma del Mekong” muestra que, a pesar de los desafíos, todavía existen oportunidades para la recuperación, mostrando que la colaboración entre comunidades locales y científicos es crucial para proteger este valioso recurso natural.