Elena Congost recibió el Premio Valores Gesto Humano entregado por Silvia González, presidenta de la Fundación Luckia. En los Juegos Paralímpicos de París 2024, la maratoniana española Elena Congost protagonizó uno de los momentos más emotivos y controversiales de la competencia. Durante la maratón de atletas con discapacidad visual, Congost, quien iba en tercera posición, se vio envuelta en una situación dramática a solo diez metros de la meta.
Su guía, Mia Carol Bruguera, sufrió un calambre y perdió el equilibrio, lo que puso en riesgo su caída. En un acto de humanidad, Congost soltó la cuerda que las unía para intentar ayudar a su guía y evitar que cayera al suelo. Sin embargo, este gesto, aunque noble, violó las reglas de la competencia, que establecen que la cuerda no debe soltarse hasta haber cruzado la línea de meta.
A pesar de haber cruzado la meta tres minutos antes que la cuarta clasificada, Congost fue descalificada y perdió la medalla de bronce. La decisión fue recibida con una mezcla de admiración y tristeza por parte del público y la comunidad deportiva. Congost expresó su desilusión, destacando que su intención no era hacer trampa, sino ayudar a alguien en necesidad.
El Comité Paralímpico Español reconoció el esfuerzo y la dedicación de Congost, ofreciéndole una beca extraordinaria como compensación por la pérdida de la medalla.
“Lo volvería a hacer, porque antes que deportistas somos personas” dijo la atleta sobre estos los hechos ocurridos en París 2024
[–>
Elena Congost, con su trayectoria de medallas en Río 2016 y Londres 2012, ha demostrado ser una atleta excepcional a la vez que una persona con un gran corazón. Su gesto en París 2024 será recordado como un ejemplo de humanidad en el deporte, mostrando que, a veces, el verdadero valor no está en la medalla, sino en el acto de ayudar a otro ser humano.