El Colegio Nuestra Señora del Socorro, de Benetússer funcionaba hasta hace nada como base militar. Este lunes los soldados han hecho pasillo a los niños que vuelven a clase y les han aplaudido, ante la mirada emocionada de padres y madres. Se van los militares, entran los escolares. Aunque sólo algunos. “Muchas familias no han llevado a sus hijos al colegio por miedo”, explica Cristian Genovés, padre de Nekane.
Este centro concertado es el único que ha abierto este lunes en Benetússer, después de que el consistorio se negara a retornar a las aulas por el miedo tras el derrumbe de un techo en Massanassa que mató a un trabajador y dejó a otro herido grave.
La realidad es que la mayoría de los colegios los han limpiado los padres y madres del centro como voluntarios, con ayuda de los militares. Muchas ampas llevan semanas criticando que, sin el trabajo de profesionales de Tragsa y Vaersa, no pueden estar seguros de que el centro está desinfectado y es seguro, aunque a primera vista esté limpio.
El trágico accidente de Massanassa ha colmado el vaso de ese malestar de la comunidad educativa que venía gestándose casi desde el día siguiente de la dana. “La gestión de Conselleria ha sido penosa. Esto está limpio gracias a los voluntarios, si tenemos que esperar a Educación para reabrir aún estaríamos esperando, no han movilizado nada”, se queja un padre a las puertas del centros.
Suspensión de clases en más centros
Por eso el Ayuntamiento de Benetússer ha suspendido las clases sine die hasta que Educación les mande un documento que certifique la vuelta a las aulas con total normalidad.
El IES 25 de abril de Alfafar es otro de los centros que ha decidido suspender las clases sin fecha pese a que Conselleria de Educación había programado la vuelta este lunes 25 de noviembre. Fueron los propios profesores en una reunión este viernes los que dijeron a las familias que no llevaran a sus hijos, y este mismo lunes han hecho una reunión en el patio para determinar qué dia vuelven.
“El accidente de Massanassa ha hecho que tengamos miedo. Sí que ha venido personal de Conselleria, pero todo ha sido de palabra, no tenemos ningún papel firmado que nos diga que la vuelta es segura”, explica una docente. “Además, ni el claustro ni las familias pensamos que el centro esté en condiciones de reabrir después haberlo visto. Queremos que pongan barracones o busquen otra forma de dar clase en condiciones”, cuenta.
Los docentes no saben por qué el alumnado del centro no se ha reubicado, ya que la planta baja está completamente arrasada y todo el alumnado no cabe en el recinto. “Abajo hay tabiques que se han caído, no sabemos si es seguro subir a 500 estudiantes a la segunda y la tercera planta, así no vamos a abrir”, explica la profesora.
Por otra parte, varias directoras de centros han denunciado “la presión” por parte de Conselleria para abrir las puertas de los centros lo antes posible pese a que en su opinión las aulas no estaban en condiciones adecuadas. “Dijeron a las familias que si no venían hoy a clase tendrían que matricular a sus hijos en otro centro de acogida”, explica una.
Padres organizados
El resto de colegios de Benetússer, casi todos en la misma manzana, están cerrados. En el caso de Nuestra Señora del Socorro, que es concertado, ha abierto pese a que muchos padres no han llevado a los niños.
“La planta baja está devastada y muchas aulas de infantil apuntaladas porque el agua reventó tabiques. Aquí no ha venido nadie de conselleria, pero hemos decidido traer a la niña porque también lo necesita”, cuenta Cristian.
Los niños y niñas son los más vulnerables ante tragedias de este tipo, y los padres están convencidos que la vuelta a la rutina les hará bien. “Nekane es pequeña y no se acaba de enterar bien de todo, pero mi otro hijo tiene 7 años y sabe que una compañera suya de cole murió porque se la llevó la riada”, lamenta Cristian.
Las familias explican que se sienten “muy quemadas” por la gestión de Conselleria y que se sienten “abandonados”. “Muchos padres se desahogan por los grupos de wattsap que tenemos, no se han hecho las cosas con la rapidez necesaria. Si no es por los voluntarios, hoy no habríamos abierto”, explica
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Pese a todo, la mayoría de padres coinciden en la importancia para los más pequeños de volver a algo parecido a una normalidad, volver a ver a sus amigos, y recuperar las rutinas, aunque todavía quede mucho para que esa normalidad sea verdadera.