Podemos ya ha puesto en marcha la maquinaria para recuperar terreno a la izquierda del PSOE, una batalla en la que Irene Montero será su principal ariete. En la formación dudan que el Gobierno pueda aprobar los presupuestos y observan un riesgo de adelanto electoral en el medio plazo, en caso de que no haya cuentas. En este escenario, ya comienzan a mover sus piezas para ir ganando espacio en detrimento de Sumar y preparar el terreno para cuando llegue el momento de plantear alianzas. Una de las condiciones básicas que empiezan a perfilar es recuperar la figura de la exministra de Igualdad, que empieza a trabajar en su vuelta a la política nacional y que ya ha avanzado su intención de batirse en primarias con otras fuerzas.
El veto a Irene Montero en las listas de las generales, tras la crisis vivida en el Gobierno por la ley del sí es sí, es algo que Podemos no perdona a Sumar, y fue uno de los principales motivos por los que rompió hace casi un año en el Congreso. A aquella ruptura a la izquierda del PSOE se unió después la crisis en el partido de Yolanda Díaz, cuyo liderazgo también está en duda y ha sido cuestionado por fuerzas como IU, que reclaman ahora más protagonismo tras el fiasco del ciclo electoral de primavera. Izquierda Unida, principal partido estatal de la coalición de Sumar, va ganando peso en la amalgama de partidos, al mismo tiempo en que va tendiendo puentes con Podemos y defiende abiertamente la reunificación con los morados para la próxima cita electoral.
Reparación para Podemos
En el partido de Pablo Iglesias evitan de momento pronunciarse en público a ningún acuerdo. Su principal objetivo político pasa por reforzar su marca y llegar más fuertes a la siguiente convocatoria de generales. Ahí se enmarca también la estrategia de desgaste contra el Gobierno que emprendió Podemos tras las europeas, en una forma de despreciar el papel de Sumar en el Consejo de Ministros, equiparándolo directamente con el PSOE. Cuanto más logren reflotar la marca, más fuertes podrán afrontar la negociación para una futura candidatura de unidad.
De eso dependerá cómo quede la foto en la izquierda del PSOE de cara a unas generales, aunque los morados tienen varias condiciones a las que a no se planean renunciar. La primera es la marca. Después del artefacto fallido de Sumar y de haber concurrido en las últimas elecciones bajo las siglas de un partido distinto, Podemos quiere volver a verse en una papeleta electoral. Es parte de la reparación que exigen en el partido, pero no la única.
Una de las condiciones que perfila Podemos es recuperar a Irene Montero para las listas del Congreso, para reparar el agravio sufrido el año pasado por Sumar, que excluyó a Montero de las listas electorales y después del Gobierno, dejando también al partido sin voz propia en el Parlamento. Los morados quieren pasar ahora la factura por lo ocurrido y aprovechan las horas bajas de Díaz y el agrietamiento en Sumar para emerger como principal actor en la izquierda, un papel con el que compiten con IU.
“Me veo en primarias”
El libro publicado por la exministra de Igualdad está sirviendo a Podemos para ajustar cuentas con todos sus excompañeros, no sólo Yolanda Díaz sino también pesos pesados de IU, como Enrique Santiago, al que ha acusado en multitud de entrevistas de haber negociado en paralelo con el PSOE y de trabajar por sus intereses en torno a la ley del sí es sí.
Y Montero no sólo ajusta cuentas sino que ya avanza su intención de competir en primarias, confirmando su intención de postularse como candidata a unas elecciones generales y advirtiendo de que será también un requisito imprescindible para una eventual alianza con más fuerzas de izquierda. Así lo admitió este mismo vieres en Canal Red, la plataforma audiovisual de Pablo Iglesias. “Me veo en primarias”, defendió, asegurando que se “sustrajo” ese mecanismo “en 2023 para la configuración de las listas de Sumar”. “Esos acuerdos de despacho han sido tan antidemocráticos que han terminado por reventar lo que representa ese espacio electoral“. Sin detallar en qué situación o con qué fuerzas serían esas votaciones, sí insistió en que “lo que me veo seguro es en primarias”.
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Después de meses en los que se ha incorporado a su nueva vida de europarlamentaria, la exministra priorida ahora su vuelta a primera línea mediática, con decenas de entrevistas a cuenta de su libro. Pero su vuelta también viene acompañada de otros movimientos sutiles, como la incorporación colaboradora al programa de Risto Mejide. Unos pasos que avanzan en su intención de aumentar su presencia en la política doméstica para, en el medio plazo, ser el estandarte de Podemos que permita recuperar a parte de su electorado.