‘Nadie quiere esto’ se mantiene como la serie más vista de Netflix por segunda semana consecutiva, con más de 15.9 millones de visualizaciones. No hay ninguna duda de que esta comedia romántica es uno de los mayores éxitos de la plataforma este año. Adam Brody y Kristen Bell interpretan a Noah y Joanne, un rabino y una mujer agnóstica que se enamoran a pesar de tenerlo todo en contra. Si con esa descripción no es suficiente, estas son las cinco claves de su éxito.
La química entre los protagonistas
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Se nota en las miradas, los gestos, hasta en el tono de voz, la química que comparten Noah y Joanne hace que desde el primer momento sepamos que son el uno para el otro. Sin hacer ningún ‘spoiler’, solo hace falta ver el primer beso entre la pareja para saber que saltan chispas entre ellos. Ninguna comedia romántica puede tener éxito sin que haya esa conexión especial entre sus protagonistas. Además de ser dos buenos actores, capaces de fingir tener estos sentimientos, Kristen Bell y Adam Brody, son amigos desde hace años, la confianza y aprecio mutuo traspasan la pantalla, y hace que nos quedemos prendados de estos carismáticos personajes.
El reclamo de dos actores conocidos
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Las antiguas estrellas juveniles de Veronica Mars y The O.C han sido una elección ideal como protagonistas de este romance. Después de pasar por decenas de películas, entre las que hay comedias románticas como ‘Paso de ti’, el último hito de Kristen Bell fue el papel protagonista en la también exitosa serie de Netflix ‘The Good Place’, gracias a la cual fue nominada a un Globo de Oro. Por su parte, Adam Brody ya nos ha hecho enamorarnos de él en más de una ocasión, desde su papel secundario en ‘Gilmore Girls’, como Seth Cohen en ‘The O.C y en todos los personajes que ha interpretado después. El retorno de estos dos actores a la televisión es motivo suficiente para empezar a ver ‘Nadie quiere esto’.
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Una historia de amor imposible
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Romeo y Julieta, William Thacker y Anna Scott en ‘Nothing Hill’, Baby y Johny en ‘Dirty Dancing’, las historias de amor imposibles entre personas de dos mundos distintos siempre han atraído al público. ¿Qué hay más emocionante que dos personas que quieren estar juntos, pero que lo tienen todo en contra? Él es un rabino de una familia conservadora, que debe casarse con una mujer judía, ella, una mujer agnóstica que explica su vida romántica y sexual en un popular pódcast. Es, quizás, uno de los mayores clichés que existe en las comedias románticas – junto con las historias de enemigos a amantes -, pero que funciona y enamora a la audiencia.
[–>Diez capítulos cortos
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Diez episodios de unos 25 minutos cada uno, en total 259 minutos, poco más de cuatro horas, la duración perfecta para hacer un maratón de una tarde. Aunque el formato de Netflix de lanzar todos los episodios en un solo día ha sido cuestionado varias veces, para los que les encanta devorar shows en un solo día ‘Nadie quiere esto’ es perfecto para ello. Es imposible ver un capítulo y apagar el televisor, su corta duración hace que se mantenga un buen ritmo durante todo el episodio, y al terminar te deja con ganas de ver uno o dos más, o diez.
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Basada en una historia real
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El romance que ha robado el corazón a miles de espectadores, está basado en la historia de amor de la creadora de la serie, Erin Foster, y su marido, Simon Tikhman. Aunque él es ejecutivo musical, y no un rabino, es judío, y quería casarse con una mujer judía. De la misma forma que Noah le plantea a Joanne si estaría dispuesta a convertirse, Tikhman se lo preguntó a Foster cuando llevan poco tiempo saliendo. “¡Sí, claro, seré judía!”, le respondió la creadora al momento. Como ha explicado en ‘Harper’s Bazaar’, para ella convertirse al judaísmo no significaba nada en ese momento, aunque después acabó descubriendo “un mundo fascinante”.