Llevaba muchas semanas el Nápoles ostentando el honor de ser el líder de una Serie A. Y hasta aquí ha durado. De momento, claro. El Calcio sigue teniendo el liderato en un puño, que varios equipos metidísimos en la pelea. Uno de ellos, la Atalanta de Bérgamo, que sin hacer demasiado ruido se ha colado en lo más alto de la tabla. Y lo ha hecho porque el cuadro de Conte cayó ante la Lazio, otro de los que está ahí, en el Diego Armando Maradona.
[–>No sobraron las ocasiones y, por supuesto, no sobraron las disputadas en un duelo tremendamente estratégico. Todo se iba a decidir en un pequeño detalle y así fue. La Lazio llegó a Nápoles queriendo hacer su partido, estando bien atrás, concediendo lo más mínimo y aprovechando algo del talento ofensivo para llevarse el botín. Le salió de lujo.
Isaksen, después de amenazar ya en un primer tiempo sin mucho que comentar, apareció en el tramo final del segundo para desatar la locura en las filas romanas. Golazo del danés. Para hacer creer a la Lazio, y para birlarle el liderato a un Nápoles que dispuso de alguna ocasión para llevarse mejor suerte, pero tampoco hizo el mejor partido de la temporada.
Partido complicado en el Diego Armando
Era día de masticar tornillos y el primer tiempo dio para muy poco. Demasiado plano todo, con un Nápoles llevando la voz cantante pero sin encontrar las ocasiones. Más de lo mismo del equipo romano, que se pertrechó bien atrás y, salvo un remate de Isaksen, ofreció más bien poco en ataque. Tampoco el cuadro de Conte, que tuvo en un libre directo de Kvaratskhelia lo más potable del primer tiempo.
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En el segundo, hubo más movimiento. Dele-Bashiru, en las filas de la Lazio, avisó de que su equipo no llegaba de visita al Diego Armando. También contestaba el Nápoles, con otro balón a la madera, esta vez con el cabezazo de Zambo Anguissa. Sin embargo, el héroe iba a ser Isaksen, que con un zapatazo decía ‘aquí estoy yo’.