Auditori 1899 del Camp Nou. 21 de octubre de 2023. Llevamos 2 horas 4 minutos y 10 segundos de asamblea de socios-compromisarios (telemática, claro) del FC Barcelona. En el centro de la mesa presidencial, Joan Laporta. A su izquierda, Josep Cubells, el secretario que considera que los directivos deberían “cobrar, porque el Barça requiere mucha dedicación”. A la derecha del presidente, cómo no, su fiel escudero Rafa Yuste y, pegadito a Yuste, Eduard Romeu, vicepresidente económico.
Cubells dice: “El señor Joaquín Molins i Sangrà nos pregunta, sobre el cierre del ejercicio 2022-23, por qué hacéis ingeniería financiera. Aplicáis ingresos de Barça Studios que no tenemos. De los 200 millones por el 49% compatibilizados, solo se han cobrado 40 o 50; y, sobre el 51% restante del club que no cobramos, os aplicáis la valoración. Será legal, pero feo“.
Yuste puso cara de circunstancias. Laporta miró, retadoramente, a Romeu y el hombre de los números (de entonces, pues luego se despidió de la junta, con un homenaje que, por cierto, no recibió ni Leo Messi) ni se inmutó y respondió así: “Sobre los temas de interpretación, si son feos o no, no entramos ¿verdad? Lo que sí es cierto es que se trata de una aplicación de norma contable y, por tanto, cuando se produce la venta de este 49%, la parte correspondiente del 51% adquiere esta revalorización y, por tanto, se ha de imputar. No es un tema de voluntad o no voluntad, simplemente es así”.
Contra las cuerdas
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Exactamente un año después, el Barça está contra las cuerdas, a nivel de credibilidad, de imagen y a nivel económico precisamente, entre otras cosas, entre otros muchos escándalos, por ejemplo, por el abono de cientos de miles de euros de ISL, un importante proveedor, a la cuenta de los directivos para que puedan hacer frente a los intereses del aval y, también, claro, por la creación de una empresa, que ya se considera ‘fake’, falsa, ideada para simular que todo va viento en popa, engañar a LaLiga, que concedió algo más de fair play financiero y poder inscribir futbolistas para ganar el campeonato, de la mano de Xavi Hernández.
La maniobra denunciada, en aquella pregunta, por el líder del grupo de opinión Un Crit Valent, ha terminado siendo el mayor de los fiascos. Alguien como el prestigioso exvicepresidente Evarist Murtra ya lo denunció en un artículo en ‘La Vanguardia’, y hasta se jugó un café con Romeu al aseverar que esa empresa, que, por cierto, ha tenido multitud de nombres (Barça Studios, Barça Vision y, ahora, al parecer, se denomina Bridgeburg Invest) acabaría siendo un fiasco y dañaría las cuentas del club.
Lo ha sido, aunque el Barça sigue defendiendo que vale 408 millones, cuando en su último ejercicio facturó poco más de 74.000 euros (“es un negocio que factura menos que un kiosco”, señaló esta semana a El Periódico uno de los economistas más prestigiosos de Cataluña), carece, aunque parezca increíble, de plan de negocio, no tiene para explotar los derechos de imagen de sus futbolistas y ha terminado siendo cuestionado por el socio de Grant Thornton (GT) que firmó, el pasado 1 de octubre, el análisis financiero de las cuentas del Barça en el que se desenmascara, esta vez sí, el gran truco, la gran mentira, que, el pasado año, se tragó todo el mundo, desde el auditor hasta Javier Tebas, presidente de LaLiga.
Ya no es ningún secreto para nadie, pues los 117 folios de que consta la auditoria, firmada por C.C.B., ROAC nº 2242, socio de Grant Thornton y sellada por el Col·legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya, cuyo presidente es Joan Vall Gil, socio, desde 2005 de GT, señala que los fondos propios del club, su patrimonio neto, es negativo en 290 millones de euros; que, en el último ejercicio, perdió 91 millones de euros (bueno, muchos más) y que aquello que, desde Laporta a Romeu, pasando por el tesorero Ferran Olivé, insisten en que vale 408 millones de euros, no vale nada.
De aquella respuesta tan chulesca de Romeu (“sobre los temas de interpretación, si son feos o no, no entramos ¿verdad?”), hemos pasado a la viva y escrita demostración de que el club no solo está peor que hace tres años sino que, por fin, el auditor, por lo que sea pero, fundamentalmente, por temor a quedar de nuevo en ridículo o perder buena parte de su prestigio, realiza tal cantidad de salvedades y alude al ‘excepto por…’, una manera (casi) graciosa de iniciar el redactado de algunas salvedades, que, sencillamente, resulta poco menos que imposible que la asamblea de socios-compromisarios del FC Barcelona pueda aprobar, el próximo sábado, semejante dislate.
El caos de Barça Studios
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Digamos que el caos que reina en estos momentos en el Barça por no haber querido atender las salvedades, los excepto por…, las peticiones para enderezar el rumbo y, fundamentalmente, reformular las cuentas, especialmente las que afectan a Barça Studios (o como quieran llamarla) y acabar sufriendo una auditoria que les deja muy mal parados, ha provocado que, sin economista titulado al frente de esa obra, nadie quiera presentar los números, hacer de Romeu, y ese ingrato papel recaerá, al parecer, en Olivé.
Para que se hagan una idea de cómo ha cambiado la opinión, juicio y redacción del auditor respecto al gol que le metieron al revisar el anterior ejercicio, repasaremos lo que ocurrió y reflejaba la documentación final de GT respecto al gran engaño presentado por Laporta y su camarote. Empecemos por señalar que GT incluyó, el año pasado, en referencia a Barça Studios lo que, en el gremio de los auditores, se llama “párrafo de énfasis”.
¿Párrafo de énfasis? Se lo explicaré. Les interesará y verán por qué se lo cuento: en este caso, el párrafo de énfasis fue la solución escogida por el auditor para llamar la atención sobre ese punto polémico y alertar de la situación. Más, ¿qué es, en definitiva, un párrafo de énfasis? Pues un apunte que el auditor escribe poniendo de manifiesto un hecho relevante que, de momento, no ha merecido, a su criterio, el castigo de una salvedad, pero que el auditor refleja porque considera que el lector de las cuentas debe conocer.
Es evidente, tal y como señalaron dos auditores consultados por El Periódico que, visto lo visto, comprobada la actuación de los gestores del Barça, la ausencia de un plan de negocio y, también, la falta del informe solicitado, el año anterior, para que una firma independiente calibrase el auténtico valor de Barça Studios, que al auditor, esta vez, no le ha quedado más remedio “guste o no guste al cliente” que redactar una salvedad “porque se jugaba mucho en la obra y, al menos en este tema, había perdido ya la credibilidad en el cliente”.
“Por otro lado”, decía aquel párrafo de énfasis de GT sobre Barça Studios, “llamamos la atención sobre la nota 24 de la memoria consolidada adjunta en la que se indica que, con fecha 11 de agosto de 2023, los socios Orpheus Media, S.L. y Socios Deportes Services, S.L. (posteriormente, Blaugrana Invest, S.L.), alcanzaron un acuerdo de venta, a dos nuevos socios, del 29,47% de la participación que ostentaban en Bridgeburg Invest, S.L., por un importe de 120 millones de euros, y en la que se menciona que se ha acordado un nuevo calendario de vencimientos de los cobros“.
¿Cuánto vale el Barça?
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Más adelante, el auditor indicaba que “a la fecha de formulación de las cuentas anuales consolidadas, este nuevo socio se encuentra negociando con varios inversores diferentes opciones y llevando a cabo otras actuaciones para obtener la financiación necesaria que le permita asumir las obligaciones contraídas. AsImismo, en la misma nota también se informa del inicio de actuaciones para una combinación de negocios que involucraría dicha sociedad y Barça Produccions, S.L., con el fin de acelerar la generación de ingresos para el club con la entrada de socios estratégicos”.
Y el apartado sobre todo este laberinto de empresas, contratos, negociaciones, ventas y compras, promesas y castillos en el aire, dinero y socios que no llegan, acaba con el siguiente párrafo del auditor: “A la fecha de emisión de este informe, el cumplimiento de este calendario y su concreción, así como las otras acciones planificadas para extender los negocios del club, se encuentran pendientes de completar. Nuestra opinión no ha sido modificada en relación con esta cuestión”. Blanco y en botella: leche. La sociedad, la empresa fake no vale nada y, mucho menos, 408 millones de euros.
Este año, en cambio, el auditor pone una salvedad por la valoración de esa participación manifestando en ese apunte (¡adiós al párrafo de énfasis!) que la existencia de determinados hechos ocurridos a lo largo del presente ejercicio, tales como el incumplimiento del calendario de pagos por parte de los compradores, lo que ha provocado el registro de una pérdida por deterioro de 131 millones de euros, la no generación de ingresos de la sociedad vendida, así como la falta de cumplimiento de los planes de negocio previstos, le ha llevado como auditor a considerar que no se debía mantener la valoración de los 208 millones de euros y, por tanto, que dicha inversión mantenida en el balance a 30/06/2024, debería ser objeto de deterioro.
Indicios de deterioro
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Además, el auditor manifiesta que el club no le ha facilitado una nueva valoración considerando los hechos indicados. Por todo ello, dice el auditor en la salvedad que, a fecha de su informe, hay indicios claros de deterioro de la mencionada inversión que no ha podido cuantificar de manera objetiva y, por tanto, su efecto en las cuentas anuales.
La junta del Barça, que ya se temió estas salvedades respecto a Barça Studios, precisamente por no haber querido atender las recomendaciones del auditor antes de que redactase el informe, lanzó a sus periodistas favoritos a tapar, como pudieron, la herida, que no dejará de sangrar durante los próximos días y, sobre todo, puede provocar que los socios-compromisarios no aprueben las cuentas, el próximo sábado.
“Lo que quiere decir esa salvedad”, comentaron rápidamente fuentes oficiales del club al diario ‘Sport’, “es que ese 51% debería devaluarse, pero el auditor ni siquiera dice cuánto, es decir, no tiene datos suficientes para saber en qué cantidad debería devaluarse”. A ‘El País’, le dijeron: “No están pidiendo que el club devalúe esa cantidad. Nosotros (ese es el discurso eterno de Eduard Romeu, por eso no le paga el café a Murtra) seguimos confiando que tiene un valor de 408 millones de euros. Los auditores, para curarse en valor, ponen que no saben cuál es el valor de Bridgeburg”.
No, perdón, el auditor, que ha pasado de un párrafo de énfasis a una salvedad porque ya no se los cree, no puede decir la cantidad exacta, entre otras razones, porque el club no le ha facilitado las herramientas que él solicitó al concluir su informe de la pasada temporada: ni las cuentas reales de la empresa, ni el plan de negocio, ni el informe independiente sobre su valoración.
“Yo creo”, señaló a El Periódico uno de los dos auditores consultados para elaborar este texto, “que, a la vista de todo esto, está muy claro que hace falta una provisión entre 0 y 208 millones y, desde mi punto de vista, se acerca más a los 208 que a 0, ¿obvio no?”. “Por todo ello”, señala el segundo experto, jubilado tras décadas de trabajo en una de las Big Four, “yo creo que, en una entidad normal y seria, los accionistas-socios no deberían aprobar estas cuentas y deberían pedir a los administradores (la junta directiva, en este caso) que reformularan los números, que el auditor volviera a opinar sobre los mismos y, a continuación, volver a someterlos a la aprobación de la asamblea de socios-compromisarios, esta vez con un informe de auditoría limpio, sin salvedades, ya que, entonces sí, reflejarían la imagen fiel del patrimonio en su totalidad“.
Los cuñados
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Tanto los dos auditores consultados como un prestigioso gestor de empresas, así como economistas vinculados al Barça, reconocen que el cambio de Grant Thornton, de una temporada a otro, ha sido muy significativo. “Puede ser, no digo que no, que en la anterior auditoria se fiasen del Barça”, señaló el gestor. “Puede ser que la documentación que les mostraron entonces les permitiese conceder el beneficio de la duda al club. No digo que no. Y puede ser, también, por supuesto, que la presión ejercida sobre su comportamiento de este año y el ruido generado por la vinculación entre los cuñados, Alejandro Echevarria y Álvaro Rodríguez, socio y responsable del Área Legal de GT, pareja de Beatriz Echevarria, hermana de la mano derecha del presidente Laporta, haya influido en el momento de considerar que ya no podían seguir mirando hacia otro lado en un tema tan escandaloso y tan opaco”. En este sentido, varios artículos publicados al respecto por este diario han tenido peso en el viraje.
Una cosa sí ha quedado lo suficientemente clara como para que, tal vez, el Barça prescinda de GT como prescindió de la prestigiosa Ernst&Young, que, en su última auditoría, sostuvo que “el balance del club, a 30 de junio de 2020, muestra un fondo de maniobra negativo de 602 millones de euros”. Todos los expertos consultados reconocen que cuando GT realizó el denominado análisis de independencia debió de rechazar al Barça como cliente, porque sí existían motivos de sospecha y duda sobre su neutralidad e independencia.
“El informe de este año es muy correcto e intenta, sin duda, salir al paso de todo ese ruido y, sobre todo, enmendar el error, la suavidad, con la que analizaron el polémico caso de Barça Studios”, comenta uno de los auditores, que recuerda: “Cuando tú firmas una auditoria te estás jugando la cárcel ¡ojito a eso! Quisiera recordar que, en 2001, la fiscalía del Departamento de Justicia de EEUU presentó cargos criminales contra la prestigiosa auditora Arthur Andersen por la destrucción de toneladas de evidencias relacionadas con las agresivas prácticas contables de la compañía Enron, el gigante energético que acabó en suspensión de pagos bajo el peso abrumador de sus ilícitos malabarismos financieros”. ¿Les suena?
Consejos desoídos
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Hay quien recuerda ahora que, nada más ganar por segunda vez Laporta el sillón presidencial del Barça, prestigiosos culés le recomendaron que fuese con pies de plomo, que fuera prudente, que echase mano de la cantera, que no prometiese títulos, que retrasase, al menos dos años, la remodelación del ‘estadi’ y que fuera recuperando la economía del club, poco a poco, paso a paso.
“Hizo todo lo contrario, pues él quiere pasar a la historia como el presidente que hizo el nuevo Camp Nou, olvidándose de que, después de ser el presidente que despidió a Leo Messi puede acabar teniendo que presentar cuentas ante la justicia por su manera de llevar al Barça a la quiebra”, señaló uno de los auditores, socio, también, de toda la vida.
Si como se sospecha, las pérdidas del último ejercicio deberían acercarse más a los 300 millones que a los reconocidos 91, si el valor del club es -280 millones de euros, si a la deuda, que apenas se ha reducido, de 1.200 millones se añaden los 1.500 millones que se deben por el Espai Barça; si, dada esta auditoría, LaLiga, a partir del próximo mes de febrero, le quitará 60 millones de fair play, parece evidente, en opinión de los expertos consultados, que “este toro debería devolverse al toril y reformular las cuentas”.
“Hay algo muy evidente que refleja la auténtica realidad y, sobre todo, la imposibilidad de que los socios-compromisarios puedan, aunque todo el mundo sospecha que lo harán, aprobar estas cuentas tras esta auditoría repleta de salvedades y ‘excepto por…'”, indica el gestor consultado. “Si el Barça fuese una empresa normal como cualquiera de las 3.430.663 que hay registradas en España y tuviese que enviar sus cuentas y el informe del auditor a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), puede estar bien seguros de que la CNMV le devolvería toda esa documentación al Barça en cuestión de horas, no de días, exigiéndole que reformulara las cuentas“.
Preparación de la asamblea
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“El problema”, señalan representantes de los grupos de socios y simpatizantes integrados en las plataformas Dignitat Blaugrana, Compromissaris FCB, El Senyor Ramon, Seguiment FCB, Un Crit Valent y Transparència Blaugrana, “es que nunca una asamblea y menos esta, que volverá a ser telemática ha tumbado las cuentas del club. Nosotros tenemos ya 100 compromisarios seleccionados, contactados, a los que estamos preparando minuciosamente para que intenten intervenir con sentido común en la asamblea, preguntar y demostrar que estas cuentas no son presentables y deben, sí, reformularse”.
“Es posible”, señala un miembro del grupo Un Crit Valent, “que muchos no se acuerden, pero Laporta aún retiene en su cabeza la gran derrota que sufrió, en la última asamblea presencial, cuando quiso cargarse la Confederación Mundial de Peñas y perdió la votación. Por eso no quiere hacerla presencial. Me temo que es perfectamente consciente de que la asamblea del próximo sábado no será fácil”.
Todos los representantes de los grupos de opinión y socios mencionados afirman haberse reunido con Laporta el pasado febrero. “Estuvo encantador, si algo tiene el presidente es don de gentes, labia y conoce al soci más que nadie, por eso, ahora, cree que sacará la asamblea, las cuentas y la auditoria adelante, porque está convencido de que el liderato de Flick y los goles de Lewandowski, le llevarán en volandas al éxito. Mientras entre la pelotita…“.
El papel de Nike
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La que se supone será una asamblea caliente pilla en medio de dos situaciones o escándalos que podrían aumentar aún más el descontento y la crispación de la gent blaugrana, como es el préstamo del proveedor ISL a los directivos para pagar los intereses del aval (descubierto por Toni Frieros en El Periódico) y el más que probable, ahora ya sí, nuevo contrato con la firma norteamericana Nike, a quien el Barça llevó a los tribunales, perdió y, luego, le suplicó ayuda para intentar parchear sus cuentas. Todo parece indicar que Nike, que no tenía necesidad alguna de renegociar su contrato, mejorará la cantidad de dinero a pagar, pero, eso sí, a cambio de un montón de concesiones.
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Uno de los temores que atisban los expertos es que se habla de que Nike está pidiendo y/o exigiendo quedarse con un porcentaje importante de la joya de la corona, la compañía creada por Josep María Bartomeu, conocida como BLM (Barça Licensing & Merchandising), dedicada a la explotación de sus tiendas oficiales y la venta de productos bajo licencia. En 2023, BLM triplicó sus beneficios, alcanzando los 100 millones de facturación. Es evidente que, dado el caótico estilo de gestionar el club de la familia Laporta, Nike prefiere poseer sus propias tiendas que seguir en manos del Barça.