Quedan 15 días mal contados para acabar 2024. Un año tremendamente satisfactorio a nivel profesional con servidor viajando a Málaga y a Murcia para contar las aventuras del Barça de basket tanto en la Copa del Rey como en la Supercopa. Pero como está costando esta recta final de año, con una mochila pesada, desgastada, y que no está para muchas historias y menos para tener que aguantar según que tonterías.
Le quedan pocas hojas en el calendario a este diciembre, pero el ‘Déjà Vu’ con el último mes del pasado año es más que evidente, con un Barça viviendo el momento más crítico de la temporada y con un equipo que, tras sumar dos nuevas derrotas en Euroliga y Liga Endesa, está 11º en Europa y octavo en ACB. Ver para creer viendo lo que hemos vivido este último lustro.
Los 108 puntos encajados en Zaragoza serían una sonora noticia semanas atrás, pero ya no sorprenden prácticamente a nadie. Ya lo dijo Álex Abrines antes de regresar a Barcelona la pasada noche: “Estamos jugando como un equipo de tercera división”. Esto sí que impacta.
Porque escuchar al capitán del equipo hablar con esta rotundidad, diciendo que hay compañeros que no respetan la camiseta que visten y el escudo que representan, y que si hay que jugar con cinco jugadores, pues que así será, no deja de ser un evidente signo de que las cosas no van nada bien en el equipo. Y eso que, para bien o para mal, tan solo estamos a mediados de diciembre.
En el Príncipe Felipe vi a un grupo de jugadores con caras largas, miradas perdidas y con algunas escenas de frustración como la protagonizada por Tomas Satoransky, que con una antideportiva a sus espaldas, protestó una decisión arbitral y no paró hasta que le señalaron una técnica que le expulsó del partido. Cualquier jugador puede tener un mal día y un cruce de cables, pero muchas veces es mejor contar hasta 10 y tomar algo de aire antes de cometer un error.
No sé bien del todo hacia donde quiero llevar el artículo de opinión de esta semana. Seguramente lo que quiera expresar es la incertidumbre que nos inunda a todos de ver el rumbo que lleva el equipo y el momento actual por el que pasa el Barça de basket. Un escenario distinto al de las últimas temporadas, muy acrecentado en Europa. ¿Qué es esto de estar los undécimos cuando no hemos salido del TOP 5 los últimos años? ¿Tanto ha cambiado la película de un año al otro?
Tengo muchas dudas. Las malas lenguas decían que este año sí que había entrenador y que la situación iba a ser muy diferente. Pues, o yo estoy viendo otra cosa y no me entero por donde van los tiros, o está situación empieza a exigir soluciones para evitar el mayor temor que debe tener el club: que la afición, ya muy jodida por lo vivido la temporada pasada, se desenganche del equipo.
FALTA EN ATAQUE
¿Cómo se explica lo del Joventut?
Está siendo complicado catalogar como está siendo la temporada global del Joventut. A un buen nivel en ACB, confirmado tras un triunfo de difícil factura ante La Laguna Tenerife esta última semana, y con una carrera para jugar la próxima Copa del Rey de la que están formando parte, al desastre de campaña que están protagonizando en Eurocup, en la que tan solo han ganado tres de los 11 partidos disputados, y ya no hay prácticamente margen de error. ¿Cómo es posible que el equipo no logre trasladar esa garra e intensidad exhibida ante Madrid o Tenerife entre otros a la competición europea?
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La sonrisa de Mirotic en su vuelta al Palau
El excapitán del Barça volvió a reencontrarse con su antigua afición. Su mensaje en las entrevistas previas al partido y en las posteriores no varió en exceso, dejando claro que sigue queriendo al club y a sus aficionados, y que están por encima de la gente que toma decisiones. Le pude ‘meter’ el micro para preguntarle como estaba su corazón hacia el Barça y dejó claro que nunca tendrá malas palabras para su antiguo club. Se le echa muchísimo de menos, para que engañarnos. Por cierto, Ettore Messina fue un señor tras el encuentro y mostró una educación exquisita ante los medios de comunicación. Chapeau.