La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sacado provecho de su mayoría absoluta y ha conseguido aprobar por segunda vez consecutiva sus presupuestos sin el apoyo de ningún grupo parlamentario. El de 2025 asciende a 28.662 millones de euros, un 4% más que en las cuentas del año anterior, y ha servido para ahondar en la ruptura entre PP de Madrid y Vox dentro de la cámara. Fuera, el choque entre el Gobierno regional y el nacional es ya insondable.
El debate se alargó el jueves durante más de doce horas y se ha retomado esta mañana a las 11 de la mañana. Los presupuestos se han aprobado en un contexto político de reproches mutuos entre populares y socialistas. Mientras Ayuso bailaba con David Bisbal en la Puerta del Sol a última hora de ayer, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Carlos Díaz Pache, pedía la dimisión de Pedro Sánchez y le llamaba abiertamente “dictador” por no respetar “los límites de su cargo” ni “la base misma del Estado de Derecho”.
De fondo, la causa abierta contra el novio de la presidenta, Alberto González Amador, y las últimas revelaciones de la UCO de este jueves, que muestran que hay “cero mensajes” en el móvil del fiscal general del Estado durante los días de la supuesta filtración del documento en el que Amador reconocía haber cometido dos delitos fiscales, y el volcado del dispositivo de Juan Lobato, que incorporan al ex secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, y a su sucesor, Ion Antolín, en la estrategia política de Moncloa contra Ayuso y la supuesta filtración.
Entre acusaciones de ser “una organización criminal” destinada sólo a su supervivencia política”, el PP de Ayuso ha sacado sus terceros presupuestos en cinco años de Gobierno, los dos últimos en solitario.
Ruptura con Vox
La formación que ahora preside José Antonio Fúster optó hace un año por apartarse y dejar hacer a Ayuso mediante una abstención, a pesar de las múltiples críticas, pero esta vez han decidido presentar primero una enmienda a la totalidad y después votar en contra de gran parte del proyecto, un gesto que muestra que Vox no teme el choque con los populares aunque estos les echen en cara que votan con la izquierda.
Mientras los distintos portavoces parlamentarios del PP han defendido que son unos presupuestos “previsibles” y continuistas, en Vox, tanto su portavoz Isabel Pérez Moñino – vestida con un jersey que representa un belén de Navidad- como Ana Cuartero reprocharon a la presidenta que son unas cuentas que no se distinguen de los que podría haber aprobado el PSOE.
“Es el presupuesto con mayor gasto de la historia”, reprocha Moñino, que ha justificado su malestar con el PP no solo en el contenido del proyecto sino en el trato recibido, quejándose de que se han aprobado tres veces más enmiendas de la izquierda (7+7) que de Vox (4). Las transacciones a la oposición, en realidad, han sido testimoniales. En estos presupuestos el PP apenas ha aceptado 18 de las 2.975 parciales que han presentado los tres grupos (1.145 del PSOE, 1.250 de Más Madrid y 562 de Vox) por una cuantía que Manuela Bergerot calificaba de “calderilla” esta semana. Del PP se han incorporado otras 5.
Aunque se trataba de aprobar las cifras sobre las que se sustentarán las políticas del próximo año, el debate ha circulado por distintos ámbitos. En la formación ultra, en lugar de centrarse en las cifras y las partidas presupuestarias, han aprovechado el debate para hablar de “la corrupción de Pedro Sánchez” y de lo que para ellos es el estado fallido de las autonomías, de lo que han culpado a partes iguales a PP y PSOE.
El despilfarro, el exceso de gasto y los impuestos abusivos “no es un sello distintivo solo de Sánchez ni del PSOE”, según Cuartero, que desde la tribuna también reprochó a Ayuso que se haya “propuesto que se condone la deuda para que Sánchez suba los impuestos a todos” mientras la consejera de Economía y Hacienda, Rocío Albert, protestaba con aspavientos aseguran que la declaración era falsa. En el cierre del debate este viernes, la consejera ha destacado de hecho que el proyecto muestra el “liderazgo” de Ayuso en la “defensa de la autonomía de Madrid y de los intereses de los madrileños y los españoles”.
Modelo ultraliberal, según la izquierda
En Más Madrid, más allá de cuestionar el modelo “ultra liberal” del presupuesto, han aprovechado para recriminar al Gobierno regional la tramitación de las dos leyes ómnibus que van a debatirse en el pleno extraordinario que se celebra justo después de la aprobación de los presupuestos. Los de Manuela Bergerot reprochan al PP que con su “rodillo” parlamentario se permiten ignorar los informes de los letrados que cuestionan la forma de legislar del Gobierno de Ayuso.
En sendos informes sobre sendas leyes ómnibus, los servicios jurídicos de la cámara apuntan que el PP incluye en estas normas enmiendas para modificar leyes que previamente no se habían incorporado y que incurren en una posible irregularidad. Los de Bergerot critican que al hacerlo de esta forma, el PP evita el debate parlamentario y la posibilidad de que la oposición pueda a su vez proponer enmiendas. El ejemplo más claro es la “artimaña” para intentar contrarrestar la Ley de Memoria Democrática, pero aseguran que se ha repetido con otras cuestiones.
En el PSOE, por su parte, se afanan por defender la labor del Gobierno central. Al dimitido Juan Lobato -a quien en su grupo han afeado que anduviera despistado durante una parte de la votación – se le cuestionó por no hacerlo. En el debate de presupuestos, la primera intervención del portavoz de Hacienda, Fernando Fernández Lara, estuvo concentrada en destacar las buenas cifras de la economía española, aplaudidas incluso por The Economist, dijo. Así, presentó la “economía con derechos” que promueve el ejecutivo de Pedro Sánchez frente al “modelo ultraliberal socialmente injusto” de Isabel Díaz Ayuso. No han faltado las menciones a los bulos, la manipulación o las “conjeturas inverosímiles de los pregoneros del odio”. Y los diputados que han salido detrás, han hecho lo mismo con todas las materias: contraponer las políticas del Gobierno de Sánchez frente a las de Ayuso.
La educación ha sido una de las cuestiones claves de este debate, con el colapso financiero que auguran las universidades públicas madrileñas de fondo. Mientras el jueves cerca de 200 personas se manifestaban fuera de la Asamblea por esto, dentro, el PSOE acusaba al PP de un “ajuste por asfixia” y se congratulaba de que el Gobierno regional haya tenido que firmar el acuerdo con el ministerio o incrementar la subvención a las universidades por la presión de los rectores. Desde Más Madrid, María Pastor, englobando todas las medidas que Educación ha tenido que reconducir ha aplaudido al consejero Emilio Viciana por sus rectificaciones, que considera “victorias”: “Si a nosotros nos ha ido bien, ¿a quién cree que le ha ido regular?”, preguntaba irónica en la cámara.
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Una vez aprobados los presupuestos, la Asamblea continúa con un pleno extraordinario para aprobar dos nuevas leyes ómnibus: una para desarrollo equilibrado en materia de medio ambiente y ordenación del territorio que modifica hasta doce leyes, y otra para la mejora de la gestión pública en el ámbito local y autonómico de la Comunidad de Madrid, donde Ayuso ha incorporado una enmienda para evitar que el Gobierno de Sánchez convierta la Real Casa de Correos en un símbolo de memoria histórica, la última guerra abierta entre las dos administraciones.