El Real Madrid sufrió una nueva derrota en la Euroliga, la séptima en catorce partidos y la segunda en tres días, tras caer en casa ante un Fenerbahce liderado por el talentoso Nigel Hayes-Davis, autor de 33 puntos (70-82).
M.A.D.
70
82
FEN
Allocations
(20+11+16+23): Campaza (14), Deco (7), Musa (9), Jezonha (9), Tavares (13), -cinco initial-, Lullius (10), Garuba (-), Feliz (2), Ibaka (3), Ndiaye (3), Ratan-Mayes (-), Hugo Gonzalez (-). |
(12+25+23+22): Gudurich (7), Baldwin IV (10), Colson II (6), Hayes-Davis (33), Sunley (2), -sinka initial-, Marjanavich (-) , Zagars (4), Birozka (7), Meli (7), Biberavich (6). |
La semana de doble compromiso en la máxima competición europea no había arrancado bien para el conjunto blanco, pues venía de cosechar un nuevo tropiezo fuera de casa, este además especialmente duro por estar el ASVEL Villeurbanne francés en la parte baja de la tabla y por certificarse con una canasta sobre la bocina.
Pese a ello logró el bando madridista resetearse en el inicio y mostrar una buena puesta en escena, defendiendo con intensidad al igual que su rival en un tramo donde nadie se atrevía a lanzar triples. De hecho hubo que esperar tres minutos para ver el primer intento entre ambos conjuntos, finiquitado con acierto por Gabriel Deck.
El Madrid, por delante
Una vez solucionada la ecuación del tiro exterior, siguió produciendo el Real Madrid desde lejos. No así el Fenerbahce, que a los diez minutos acumuló 0 de 5 en esa faceta y se marchó con ocho puntos de desventaja (20-12, m.10).
Poco tardó en equilibrar la contienda, pues en los tres primeros minutos y medio del segundo cuarto el Real Madrid dimitió de sumar puntos a la par que regalaba canastas fáciles al cuadro turco. Así, un parcial de salida de 0-11 acabó convirtiéndose en un 4-20 después de un triple del italiano Nicolo Melli.
Volvió a engancharse el anfitrión hasta el descanso, lo que generó un enfado importante en el siempre temperamental Sarunas Jasikevicius. A su tiempo muerto le siguió un acierto perimetral de Nigel Hayes-Davis. Y a este otro de Facundo Campazzo para poner el 31-37 al llegar a ecuador del partido.
Los blancos, a por todas
De los vestuarios asomó el Real Madrid con una versión más rocosa, con más empaque, apretando para fortificar su aro auxiliado por Walter Tavares. El pívot caboverdiano no solo cerró la puerta de los suyos sino que además encadenó seis puntos seguidos que les dejaron a solo dos.
Aún así, acabó recuperando la compostura el Fenerbahce hasta tal punto que, de manera silenciosa y desprovisto de arabescos innecesarios, acumuló un 0-9 para lograr una renta favorable de once, que se elevó hasta los trece, la mayor del enfrentamiento, a la media hora (47-60, m.30).
No frenó ahí la tortura ya que el cuarto decisivo se inició con un triple de Nigel Hayes-Davis, quien durante toda la tarde dio la sensación de encontrarse en el patio de su casa, haciendo diana con una fluidez pasmosa.
No bajan los brazos
Las circunstancias adversas no hicieron que el Real Madrid bajara los brazos. De hecho, por momentos amagó con acercarse y dejó un par de mates de bella factura, especialmente uno de Mario Hezonja de espaldas que levantó al público.
Pero así como el curso pasado daba la sensación de que el equipo era capaz de remontar en cualquier situación, por muy mal que pintase, en este el panorama es completamente opuesto, dejando incluso imágenes de desesperación como la del propio Hezonja, expulsado tras dos técnicas consecutivas.
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El Fenerbahce, con oficio, cerró un triunfo merecido y aumentó las dudas de un rival que cada vez preocupa más.