El Manchester City encaraba el duelo con demasiados pájaros en la cabeza. Los once puntos de distancia del Liverpool o los seis duelos seguidos sin conocer la victoria (cuatro de ellos, consecutivos, en liga) pesaban en la cabeza de los jugadores y, especialmente, en la de Pep Guardiola, inmerso en su peor racha desde que es entrenador.
La victoria tenía que llegar de una vez por todas ante un Nottingham Forest que ha cuajado un gran inicio de curso y que visitaba el Etihad instalado en la sexta plaza y a un solo punto de los skyblues. Y llegó, de manera holgada y plácida, con los goles de Bernardo Silva, De Bruyne y Doku, y sin sustos innecesarios para un equipo que ya ha sufrido en exceso.
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Fue en una jornada 14 que recordó a épocas añejas en la que los partidos se disputaban a la misma hora. Los cityzens, en cuerpo en el Etihad, tenían parte de su mente puesta en St.James’s Park porque el Liverpool visitaba el estadio del Newcastle. Sabían que podía haber doble premio. Por ello, sustituyendo a los transistores de antaño, muchos aficionados estuvieron pendientes a las notificaciones de sus teléfonos móviles.
Guardiola tocó varias teclas tras salir trasquilado de Anfield. Esta vez, sí que optó por poner de inicio a dos extremos puros (Doku y Grealish) y no sentó en el banquillo a uno de sus pesos pesados, Kevin De Bruyne. Curiosamente, los belgas fueron los más destacados del choque.
Inicio fulgurante
El primer gol del partido llegó en el minuto 8. Bernardo Silva cazó a placer un pase-remate que De Bruyne le sirvió con la cabeza. Guardiola, cauteloso, celebró el gol en la banda con una expresión facial inquieta. El City seguía apretando y cerca estuvo de poner el segundo gracias a Gvardiol, primero con un buen testarazo y después con un disparo cruzado. El Forest parecía aturdido, pero un error del croata les ‘regaló’ una buena opción para igualar el choque.
Por suerte para Guardiola, Ortega Moreno, que repitió titularidad bajo palos, sacó una manopla estelar para repeler un disparo durísimo de Gibbs-White desde la frontal. El City respondió a la ocasión generando peligro a través de las botas de De Bruyne, pero sería de nuevo el Forest el que se apuntaría una ocasión peligrosa. Esta vez, el encargado de desaprovechar lo generado fue un Wood que definió muy mal en el mano a mano.
De Bruyne, un pilar incuestionable
Como suele decir, el que perdona lo paga, y De Bruyne, que no era titular desde septiembre, se lo haría saber bien al Forest. Golazo del belga, que tras un jugadón de Doku, clavaba la pelota a la escuadra de Sels. Gol y asistencia en media hora para demostrar que está mejor que nunca. Cuatro minutos después llegó una nueva alegría al Etihad: el Newcastle se adelantaba al Liverpool con un tanto de Isak.
El City no podía llegar mejor al descanso con 2-0 en el marcador y el Liverpool cayendo en Newcastle, pero aún quedaba demasiado para celebrar. En el minuto 50, justo cuando Michael Oliver iba a amonestar a Gündogan por una falta táctica, Jones ponía el 1-1 para los de Slot. Sin embargo, el gol no apagó a los cityzens, que se pusieron en pie con el latigazo de Doku para sellar el partido (3-0), que hasta ahora solo había brillado en el regate.
La racha negativa ya estaba prácticamente rota y se intuía una buena media hora en el Etihad. Solo quedaba esperar a qué sucedia en territorio magpie para que fuera una noche perfecta. En el 62′ los teléfonos vibraron con el tanto de Gordon que volvía a adelantar al Newcastle. El City-Forest se iba apagando, pues ya estaba todo resuelto, mientras se ‘calentaba’ el Newcastle-Liverpool. Salah ponía el 2-2 en St.James’s Park en el 68′.
Doku, un auténtico ciclón
Dos ocasiones aisladas del Forest, primero de Elanga y después de Anderson, permitían lucirse a un Ortega Moreno que estuvo muy atento durante todo el duelo, pero el City, a excepción de Doku, que quería su ‘doblete’, no quiso decir más en ataque. No llegó, por parte del belga, porque el egipcio Salah, con su segundo gol de la noche, remontaba el duelo en el 83′ para mantener los 11 puntos de ventaja.
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El pitido final se celebró con alivio en un Etihad que, gracias a un tanto de Schar en el 90′, se acabó llevando doble premio: poner fin a su mala racha y recortarle dos puntos a un Liverpool que dejaba escapar el triunfo en Newcastle (3-3).