El Sorteo Extraordinario de Navidad es todo un acontecimiento nacional. Cada 22 de diciembre, millones de españoles siguen el minuto a minuto de este sorteo, en el que están en juego millones de euros (el primer premio son 400.000 euros al décimo). De hecho, solo en 2021, los españoles compramos más de 150 millones de billetes.
Sin embargo, las probabilidades de ganar son ínfimas: 1 entre 100.000, o lo que es lo mismo, 0,00001% de posibilidades.
¿Por qué jugamos? ¿Es algo irracional?
Para la psicóloga Olga Fernández-Velilla Lapuerta, del Instituto Psicológico Cláritas:
- “Los primeros motivos que nos anima a participar son la ilusión y la esperanza de que nos toque, a pesar de que no sea algo racional
- Y otro muy potente es la sensación de sentirnos parte del grupo“.
La especialista explica a este portal que la Lotería de Navidad es un fenómeno cultural en nuestro país, que incluso atrae a muchas de las personas que no participan en otros juegos de azar.
- “Habrá personas que participen con mayor ilusión, con afán de mantener esta tradición milenaria, y otros desde un pensamiento tipo ¿y si le toca a mi vecino y a mí no?”.
Pero la tradición no es el único motivo que nos “empuja” a comprar cada año décimos para este Sorteo Extraordinario de Navidad.
Lotería de Navidad, presión de grupo y superstición
La presión de grupo también juega un papel fundamental, “ya que quizás uno no se plantea comprar, pero ¿cómo negarse a la participación de la empresa? O ¿a ese décimo que ofrece un familiar para intercambiar?”.
¿Y qué hay de la superstición?
Fernández-Velilla Lapuerta señala que “tendrá más que ver con la persona particular. Escuchamos muchas veces que la gente juega a números concretos porque creen que les traen suerte o porque son importantes para ellos”.
Jugar a la Lotería de Navidad nos genera “placer”
Y entonces, si casi nunca toca, y lo sabemos, ¿por qué seguimos jugando a este sorteo año tras año?
La psicóloga subraya que:
- “Activa el mecanismo de recompensa y el sistema límbico de nuestro cerebro, que controla toda la parte emocional”.
En concreto, resalta, el núcleo accumbens, que se encarga de gestionar el circuito de recompensa de una persona y por tanto está ligado a la sensación del placer. Esto nos hace, entre otras cosas, “seguir participando año tras año es la sensación placentera de jugar y de sentir que nos hemos quedado cerca de acertar esos seis números”.
Sin embargo, que esté tan arraigado entre nuestras costumbres, puede suponer un problema para las personas con adicción al juego.
Una relación muy peligrosa, entre Lotería de Navidad y ludopatía, que es un auténtico riesgo de recaída para los más vulnerables y “será sin duda uno de los momentos más difíciles del año”.
- “Hay anuncios por todas partes, la gente lo comenta de forma constante y hay mucha aceptación social sobre el sorteo. Además, suele ser una época en la que se tiene más tiempo libre (vacaciones, días festivos…), algo más de dinero por la paga extra…”
Por ello, la especialista aconseja que si has sufrido o conoces a alguien que tenga este problema “intenta estar atento y ofrécele tu apoyo y ayuda en estos momentos”.
Y si nos toca… ¿Qué hacemos?
Aunque está claro que un premio de la Lotería de Navidad no soluciona la vida, sí que ayuda a “tapar” algunos agujeros: cambiar de coche, terminar de pagar la hipoteca… Y este es el motivo principal por el que este sorteo tiene tantos adeptos: 7 de cada 10 españoles juegan algún décimo.
Pero el principal problema al que se enfrentan los más afortunados es la mala gestión del premio:
“Afrontar la noticia de forma racional será complicado, es normal que las emociones nos desborden en un momento así, pero debemos tener cuidado y no dejarnos arrastrar por ella”.
- “Será importante informarnos de qué cantidad libre de impuestos vamos a recibir y reflexionar sobre cómo o en qué queremos invertir ese dinero en función de nuestras necesidades. También, en la medida en la que se pueda, no está de más darse un capricho con ese dinero inesperado”.
Cada persona lo vivirá de una forma muy distinta. La educación, la situación económica y la personalidad de cada uno hará que esto varíe.
- Fase de sorpresa y euforia, “donde puede costar creer que se ha ganado el premio gordo y desde luego en ese momento invadirá la alegría. Debemos ser cautos y no dejarnos arrastrar por ello y empezar a gastar un dinero que probablemente todavía no tenemos. Cuando las emociones nos invaden es mejor no tomar decisiones importantes”.
- Fase más sosegada a nivel emocional, “donde sopesamos qué queremos hacer con ello, nos informaremos y tomaremos decisiones sobre qué hacer con ese monto”.
- Fase de acción. Aquí, se “recoge el premio y empezar a invertir en aquello que se ha decidido”.
¿Y si… no nos toca (otra vez)?
El consejo fundamental de la psicóloga es “no generar unas expectativas poco realistas. Como ya sabemos la posibilidad de que nos toque es baja. A partir de ahí aceptar la frustración es el único camino”.
Si el que no toque nos genera unos niveles de malestar muy elevados o algún tipo de dificultad o problema “será importante plantearse el dejar de participar en este tipo de juegos”.
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“La Lotería de Navidad es algo en lo que no hay obligación de participar y que si se decide hacer debería ser algo ilusionante, que busca seguir una tradición pero que no es beneficioso para todo el mundo”.