Gavi disputó frente al Atlético su mejor partido de la temporada. El propio Hansi Flick elogió al andaluz varias veces en rueda de prensa por la intensidad que aportó, sobre todo a la hora de meter la pierna “con máxima pasión” en cada duelo. Más allá de la aportación estrictamente deportiva, el de Los Palacios demostró que no tiene ningún reparo en ponerle las pilas a sus compañeros. Gavi se deja el alma en cada jugada y espera que todos sus compañeros hagan lo propio.
Gavi protagonizó una escena que confirma que para él no existen galones cuando se trata de busca lo mejor para el equipo. Igual que otros pueden hacerle correcciones a él, él las hace a otros sin pensar en jerarquías. A su edad, algunos suelen ser más cautos en ese aspecto, pero el canterano es un tipo con carácter y personalidad.
En los instantes finales del primer tiempo, con 1-0 en el marcador, el Barça cedió algo de terreno y dejó que el Atlético se expusiera más intentando ataques estáticos. Los azulgranas, que habían sido mucho mejores, buscaban irse al descanso conservando la ventaja y esperaban algún error ‘colchonero’ para poner tierra de por medio en algún contragolpe.
Durante esos 10 minutos -del 35 al 45-, Lewandowski, el encargado de comenzar la presión, se instaló más cerca de la línea medular. Eso provocó que Lenglet tenía espacio para progresar con el cuero y plantarse prácticamente como un centrocampista más, lo que ponía en problemas al centro del campo del Barça. Ante lo que él consideraba un desajuste, Gavi no dudó en apretarle las tuercas al delantero polaco, levantando los brazos y pidiéndole desde la distancia que no dejara progresar tan fácilmente a Lenglet. Una brona en toda regla, vaya.
Réplica del polaco de camino a vestuarios
Dicha situación se repitió varias veces, causando una buena cuota de frustración en el centrocampista de Los Palacios. Acto seguido, el colegiado decretó el final del primer tiempo y Gavi seguía enfadado con esa situación, por lo que se acercó a Lewandowski para trasladárselo. El ex del Bayern replicó indicando que cuando el Atlético giraba de lado, él se metía dentro y no le tocaba saltar -la clásica coordinación entre punta y mediapunta a la hora de gestionar la presión a los centrales rivales-.
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La conversación entre ambos apenas duró 10 o 15 segundos. Tras eso, y todavía dándole vueltas al tema, Gavi quiso compartirlo con Pedri. Tapándose ambos la boca, comentaron la jugada mientras enfilaban el túnel de vestuarios. El andaluz seguía considerando que ‘Lewy’ debía saltar más en la presión. Lógicamente, fue una discrepancia como otras tantas que se producen durante los partidos, pero sirve para ilustrar la personalidad de Gavi pese a tener solo 20 años.