La subida del precio de los alimentos se nota en la comida que ponen sobre la mesa las familias canarias. Los hogares recortan sus gastos para poder hacer frente a todo y de forma irremediable esto afecta también a cómo se llena la nevera. Cada isleño comió el año pasado 9,7 kilos de carne menos, tres menos de pescado y su consumo de leche bajó casi diez litros. Pero también se ha restringido en el consumo de cerveza o vino. Se impone la compra de supervivencia para hacer frente a la inflación, que desde el estallido de la guerra en Ucrania, en marzo del año pasado, no hace sino afectar al bolsillo de los consumidores. Ahora, más de un año después, el encarecimiento de los alimentos sigue disparado y ya cuestan un 17% que en aquel momento.
¿Cómo afrontan esta subida las familias canarias? Cada maestrillo tiene su librillo. Quienes pueden siguen consumiendo lo mismo con resignación, pero para otros seguir manteniendo el mismo nivel de vida se ha vuelto tarea imposible. La gran mayoría de los isleños no ha visto aumentar sus ingresos y mucho menos a la par que la inflación, por lo que no les queda otro remedio que recortar en sus compras y no solo de ocio sino que el ajuste llega también a la cesta de la compra.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada isleño rebajó en 15 kilos su consumo de alimentos en 2022, si se comparan estos datos con los del año anterior. A falta de las cantidades del último mes del año, los canarios consumieron de media 537 kilos de comida a lo largo de los once primeros meses del pasado ejercicio.
La bajada en el consumo de alimentos es por tanto generalizada y hay muy pocos productos en los que se pueda ver una tendencia al alza. Pero, claro, aunque las bajadas sea lo más extendido sí puede comprobarse cómo son más o menos acusadas en función de cada producto.
Uno de los más alimentos del que más se privaron los canarios el año pasado fue la carne. Cada isleño consumió de media 9,7 kilos menos, una bajada del 25% si se compara con los datos de 2021. Pero si se pone la lupa en cada tipo de carne se puede comprobar como el descenso no ha sido equitativo. La carne que ha sufrido una mayor caída en el consumo fue la de vaca, cabra y oveja. Variedades normalmente más caras que suelen elevar el ticket del supermercado. Ha bajado pero menos la adquisición de carne de cochino y de pollo. En este último la compra de pollos enteros –una opción con la que se puede ahorrar– bajó un 10,3% el año pasado. Pero el consumo de despojos se ha visto incrementado un 7,4%.
Tampoco se salvan del ajuste los huevos, uno de los productos que más se ha encarecido. Su precio se ha visto incrementado un 33,6% en el último año. Cada canario comió 14 kilos menos de este alimento el año pasado y muchos han vuelto a adoptar la costumbres de consumirlo solo un par de veces a la semana, como se recomendaba en el pasado.
Las frutas y las hortalizas también se han visto afectados por los ajustes en las mesas de las familias canarias. Los frescos son otros de los productos que más han subido su precio en los últimos meses y aunque se recomienda consumirlos a diario, para muchos hogares esto se ha vuelto casi misión imposible. Los isleños consumieron 14,5 kilos menos de fruta y 10,2 kilos menos de verduras en los once primeros meses de 2022. Las papas también han experimentado un recorte. Hasta 6,3 kilos menos per cápita. Mientras que el consumo de las frescas ha bajado en 5,1 kilos, el de las que están congeladas apenas se ha resentido, con un descenso de medio kilo por persona.
La leche –que cuesta ahora casi un 34% más que hace un año– también es otro de los productos que más ha visto limitado su consumo. Se beben 9,8 litros menos por persona. Los canarios también comieron menos yogur o queso, entre los que más baja está el queso fresco, que es también el menos económico.
El consumo de aceite también se ha restringido. En concreto 2,1 litros por persona. El que más ha descendido es del girasol, tradicionalmente más barato que el de oliva, pero que el año pasado debido al conflicto sufrió un incremento de precios sin precedentes.
Otro de los productos que más encarece la lista de la compra, el pescado, también ha experimentado un descenso en su consumo. El alza de los precios ha obligado a las familias a recortar en 3 kilos por persona la adquisición de este alimento, esencial para llevar una dieta saludable. Lo que supone una bajada del 19%. De nuevo, las variedades que menos lo han notado son aquellas más económicas. Baja más la compra del pescado fresco que del congelado, el consumo de sardina solo cae un 4,4% y sube el bacalao congelado un 5%.
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El ajuste también llega a las bebidas con las que regamos nuestros almuerzos y cenas. Los brindis han menguado. Se bebieron casi cuatro litros menos de cerveza y el consumo de vino bajó en 1,4 litros per cápita. También desciende el de los refrescos. Los canarios tomaron 12,1 litros menos en 2022.
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