No es la primera amenaza de Carles Puigdemont al Gobierno, pero en el PP se analiza de forma distinta a las anteriores. En Génova sorprendió el último aviso de Junts -registrando una proposición no de ley en el Congreso en la que insta al presidente a someterse a una cuestión de confianza, esto es, ver qué apoyos tiene realmente en la Cámara- por las palabras elegidas por el líder independentista. “Hablar de punto de inflexión porque lo que ha habido hasta ahora no le vale. Y hacerlo públicamente, para exhibir el desgaste de Pedro Sánchez en este momento preciso no es un asunto menor”, reflexionan en el núcleo duro de Alberto Núñez Feijóo, que evitó pronunciarse con claridad sobre el órdago públicamente.
El PP es consciente de que Junts -al menos hasta el momento- aprieta pero no ahoga. Sí recuerdan en Génova las votaciones, que ya son unas cuantas, en las que los independentistas catalanes han hecho sufrir mucho al Ejecutivo antes de dar un sí. Pero también creen que este aviso llega en plena negociación de los Presupuestos con un objetivo claro: “Una gran cesión. Va a sacarle todo lo que pueda. Y con este órdago lo que le está diciendo es que su apoyo se encarece”, explican dirigentes nacionales. “Ahora el precio sube más y hay que pagarlo antes”, zanjan en el equipo más cercano de Feijóo.
La primera consecuencia, en caso de que se aprueben las cuentas públicas como confía el presidente del Gobierno, para el PP será esta: pagar a cambio un precio mucho más alto. Junts hasta ahora seguía insistiendo en la transferencia competencial a Cataluña en materia migratoria y confirmar la oficialidad del catalán en las instituciones europeas, pero los conservadores creen que habrá nuevas cesiones.
En el entorno de Feijóo consideran que el momento político reflejado en la mayoría de encuestas publicadas también influye en la nueva amenaza de Junts. Todos los sondeos confirman que en este momento habría una mayoría de PP y Vox suficiente para gobernar. También el de GESOP para Prensa Ibérica.
En el PP recalcan que la capacidad de influencia de Puigdemont -tras haber perdido su partido los grandes ayuntamientos en Cataluña y gobernando el PSC tanto en la Generalitat como en la ciudad de Barcelona- se ciñe a la legislatura de Sánchez. Y en este marco, de pérdida de protagonismo, sitúan la insistencia de Junts de dejar claro quién tiene la sartén por el mango.
Someterse a una cuestión de confianza es un recurso previsto en la Constitución y que solo puede activar el presidente del Gobierno para comprobar si cuenta o no con apoyos suficientes en el Congreso. De hecho, hay dudas sobre si se tramitará en la Cámara Baja. Vox salió rápidamente a calificar de “absurda” la propuesta, coincidiendo con la visión del propio Ejecutivo. Sin embargo, en el PP insisten en señalar la importancia de que Puigdemont le esté planteando a Sánchez que lo haga. “¿Cuáles serán las consecuencias en caso de que no se someta a esa cuestión de confianza?”, se preguntan en Génova.
Como mínimo, entienden en el PP, lo que sí debería celebrarse es un debate parlamentario a instancias de Junts. El hecho de que los independentistas hayan registrado esta petición vía proposición no de ley significa que no tiene ningún impacto directo en la acción del Gobierno, pero que sí pretenden provocar un debate político entre los grupos. En caso de que se celebré, todos ellos deberán fijar posición.
El PP insiste en que no tiene por qué decidir un voto sobre un debate que aún debe calificar la Mesa del Congreso. Pero las fuentes consultadas por este diario reconocen que no tendría sentido no respaldar cualquier iniciativa que ponga en un brete tan fuerte al presidente del Gobierno.
Vox se mueve en el escepticismo con la iniciativa de Junts y tampoco explicó cuál sería su posición. Pero el portavoz, José Antonio Fúster, sí dejó claro que si en un futuro hay una alternativa al gobierno de Sánchez para revertir todo lo hecho hasta el momento, “ahí estaremos”.
Las palabras textuales de Puigdemont al explicar desde Bruselas la nueva advertencia fueron las siguientes: “Exigiremos a Sánchez someterse a esta cuestión de confianza en caso de que se apruebe esta iniciativa”. Eso implica, de facto, que dan por hecho que la PNL llegará al pleno y que ese debate se producirá. Si cuenta con el apoyo de PP y Vox se volvería a escenificar una mayoría alternativa al Gobierno que ya ha operado en este año de legislatura en otras votaciones. No es la primera ocasión en la que los votos de conservadores, ultra e independentistas se unen contra el Ejecutivo. “Pero esta sería la primera vez en la que hay un debate sobre la continuidad de Sánchez”, rematan en Génova.
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Lo que Junts ha rechazado hasta el momento es participar en una moción de censura contra el socialista. Feijóo lanzó un ofrecimiento más nítido que en otras ocasiones hace dos semanas tras el avance judicial de la trama Koldo. “Si algún otro socio cree que esto es insostenible, estoy a disposición”, dijo, reconociendo que el motivo por el que no presentaba la moción es porque sabe perfectamente que en este momento no tiene los números.