Hace 20 años que Yasir Arafat ya no está en este mundo, pero su rostro sigue presente en todos los campos de refugiados palestinos. Aunque con el paso del tiempo el papel se va desgastando y, con él, su rostro rodeado por su icónica kufiyya. Nuevos pósteres se pegan encima de los suyos, un poco raídos como reflejo de la actualidad. Pero cada vez hay menos caras visibles en ellos. Tal vez porque el pueblo palestino nunca ha conocido un líder como Arafat. Un líder fuerte, carismático y querido que acabó convirtiéndose en el primer presidente de la Autoridad Palestina. Ahora, dos décadas después de su muerte, su sucesor Mahmud Abás está ausente de las paredes de los hogares y los campos palestinos. El único rostro que se repite está oculto por una kuffiya roja: la que viste Abu Obeida, el portavoz de las brigadas Ezzeldin al Qassam de Hamás.

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