La junta directiva del FC Barcelona que preside Joan Laporta cerró la semana pasada la liquidación del ejercicio económico de la pasada temporada, la 2023/24. Lo hizo con doce millones de euros de beneficio en el ejercicio ordinario que pasaron a ser 91 millones de pérdidas tras hacer los auditores que se provisionasen 141 millones de euros por los impagos y las cantidades que faltan por cobrar del negocio de Barça Vision.
Este balance será sometido a votación en la Asamblea convocada para el 19 de octubre y arroja cifras a analizar en el propio ejercicio ordinario. Los ingresos previstos eran de 859 millones de euros, superándose y llegándose hasta los 894. Los ingresos previstos por el estadio eran de 151 millones, no cumpliéndose esa previsión y acabando en 126 millones por la menor venta de entradas en Montjuïc, con un impacto respecto al Spotify Camp Nou de 100 millones de euros.
Analizando este impacto negativo de 100 millones de euros, se recaudan 36 millones menos de abonos respecto a la temporada 2022/23, 39 millones menos de venta de entradas y zonas VIP y 23 menos del Museu.
Sí se cumplió con lo presupuestado por ingresos de televisión. Fueron 243 millones de ingresos de los 245 previstos debido a que el equipo cumplió llegando a los cuartos de final de la Champions. El aumento con respecto a la temporada anterior es de 26 millones, debido a que el primer equipo había caído en la primera fase de la Champions.
Del área comercial debían llegar unos ingresos de 378 millones y llegaron 374 a pesar de lograr unos ingresos récord en patrocinios de 211 millones, mientras por operaciones de jugadores se ingresaron 16 millones más de los previstos. Fueron 81 millones en lugar de los 65 que estaban en el presupuesto tras las operaciones de Dembélé, Kessié, Abde o Nico. Por venta de activos y otros ingresos se recaudaron 49 millones más de los previstos, pasando de 21 a 70 millones. La razón está en algunos litigios ganados y en las cantidades ingresadas por lesiones de jugadores con las selecciones.
Gastos
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Por lo que se refiere al apartado de gastos, la junta directiva había presupuestado 832 millones de gastos, siendo finalmente de 866 millones. La masa salarial deportiva fue de 505 millones en lugar de los 492 previstos, con una reducción, eso sí, de 170 millones respecto a la temporada 2022/23. La pequeña desviación se debe a la llegada de Vitor Roque en enero y la salida de algún jugador y el cuerpo técnico.
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Los salarios no deportivos debían ser de 63 millones de euros y fueron de 69 debido al personal contratado para hacer frente a mayor facturación. Los gastos de gestión sufren una desviación de diez millones de euros, de los 205 previstos a los 215, por gastos en fabricación en BLM. Eso sí, disminuyen 39 millones respecto a la anterior debido a no tener Seient Lliure (-17), la desaparición de Barça TV (-6) y no jugar en el Spotify Camp Nou. Por último, los otros gastos debían ser de 72 millones y fueron de 77 debido a la revisión del valor de terrenos.