La diabetes es una de las enfermedades crónicas más comunes en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 422 millones de personas la sufren, una cifra que sigue aumentando significativamente en las últimas décadas debido a factores como el envejecimiento de la población, los estilos de vida menos activos y el aumento de la obesidad.
En el mundo del deporte, son muchos los grandes nombres que conviven a diario con ella: Nacho Fernández, Billie Jean King o Alexander Zverev son algunos de ellos.
Para muchos, sobrellevarla supone un desafío diario, y otros, son capaces de llevar la carga a un nivel completamente diferente, como David Casinos, quien fuera cuatro veces oro olímpico y quien ha demostrado que una vida activa y una carrera deportiva de élite son posibles con diabetes.
Diagnosticado desde una edad muy temprana, a los dos años, David lleva toda la vida conviviendo con ella. Aún recuerda cómo eran los tratamientos de aquel entonces, y la dificultad que tenían las personas diabéticas de llevar un control correcto de sus niveles de glucosa “utilizábamos jeringas que había que poner a hervir, vivíamos entonces con los medios que había“.
Este jueves, día 14 de noviembre, y con motivo del Día Mundial de la Diabetes, nos cuenta cómo ha sido el transcurso de su vida personal y su carrera deportiva, marcada por esta enfermedad crónica que, sin duda alguna ha sido su principal protagonista.
Una vida ligada al atletismo… y a la diabetes
La diabetes no supuso en ningún momento un obstáculo en la vida de David, adaptándose a ella a la perfección llegando a competir incluso a nivel internacional.
De la mano de su amigo, Bernardino Molina, comenzó a practicar el atletismo, deporte que ama, en el colegio Escuelas Profesionales Luis Amigó. Más tarde, se unió a la sección de atletismo del Valencia C.F., de la mano de Vicente Ferrer.
Aunque para él su gran maestro en el mundo de los lanzamientos fue José Vicente Ferrando, con el que consiguió éxitos a nivel internacional y alcanzar los 60 metros en lanzamiento de martillo a los 18 años, comenzando una carrera deportiva con muy altas expectativas.
Todo se truncó en 1998, a sus 23 años, cuando tras una revisión anual le detectaron una retinopatía diabética congénita que le causó la pérdida total de visión.
Esto marcó un antes y un después en la vida de David, “caí en una depresión muy profunda y con mucha incertidumbre, pues tenía una vida estable y de repente esto lo pone todo patas arriba“, comenta. “Tuve que aprender a moverme solo y a ser autónomo”.
A partir de aquí, una llamada daría un giro radical a su vida: la del entrenador paralímpico de atletismo, José Manuel Puchal “Xavó”. Esta llamada despertaría de nuevo su ilusión y su autoestima.
Con Xavó, entrenó muy duro junto a otros deportistas de alto nivel, y junto a él, consiguió algunos de sus mayores éxitos deportivos: récords europeos, mundiales y dos oros olímpicos (Sidney 2000 y Atenas 2004).
Tras sus dos oros consecutivos, el valenciano lograría el que ha sido, para él, su mayor logro como deportista: abanderar al Equipo Olímpico Español en los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008, donde además, volvió a revalidar la medalla de oro en lanzamiento de peso para convertirse en el mejor lanzador ciego de la historia.
Sus éxitos trascienden más allá del olimpismo: tiene en su haber otros 18 metales en competiciones internacionales (13 oros y 5 platas), tanto en campeonatos del mundo como en campeonatos de Europa, y todas ellas en peso y en disco.
Esta última especialidad es la que le daría otras grandes alegrías ya en el final de su carrera deportiva, pues se le resistía a nivel olímpico los éxitos en lanzamiento de disco. Consiguió alzarse con el oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Londres, el cuarto consecutivo.
Con la llegada de los Juegos Olímpicos de Río 2016, el atleta pondría el broche perfecto a una brillante carrera deportiva consiguiendo la medalla de bronce en lanzamiento de disco, para retirarse posteriormente tras 18 años en la más absoluta élite del deporte. “Tras los Juegos de Río me tomé unos meses de reflexión. Retomé los entrenamientos y me di cuenta de que la ilusión ya no estaba, se había diluido… Junto a mi familia y mi entrenadora del Comité Paralímpico Español, tomé la decisión de decir adiós al deporte que tanto amo”, cuenta. “La llama del atletismo se ha agotado. Es el momento de decir adiós al deporte que me cambió la vida”
“No habría conseguido nada sin mi entorno”
Si hay algo que tiene claro David es que todos sus éxitos no habrían sido posible sin aquellos que le rodean, “aconsejo a aquellos que se encuentren en mi situación que se rodeen de un buen entorno“, y hace especial mención a su familia: “para mí mi familia ha sido vital, madre ha sido quien me ha arropado y quien ha llorado conmigo“. También de los guías, entrenadores y perros guía que le han acompañado durante toda su carrera, “han sido una parte fundamental de todo, significan mucho para mí“.
Casinos admite también que, a pesar de no haber sido un camino fácil, y haber estado lleno de obstáculos, ha tenido la suerte de encontrar a gente buena por el camino, como aquellos que le ayudaron en la Fundación O.N.C.E. “Gracias a la venta del cupón son muchos los beneficiados y muchos los programas de ayuda. Historias como la mía, ayudas a perros guía, niños que nacen sin visión, accidentes de tráfico. Todos estos casos parten siempre de la ayuda de los fondos de la O.N.C.E. y su cupón.”
Gracias a la diabetes también encontró a Celia, que además de ser su guía deportiva es el amor de su vida y madre de sus dos hijos. “La ceguera me dio a mi mujer, que es el amor de mi vida, y a mis dos hijos que son maravillosos y los quiero con locura”.
Actualmente, ambos se encuentran sumergidos en un proyecto en común, David Casinos Sports, donde tratan de llevar el deporte como herramienta a las personas, en especial niños con diversidad funcional severa, para tratar de ayudarles tanto a ellos como a su familia. “Tratamos dar un bálsamo a las familias y a los niños. El objetivo es que disfruten y lo pasen bien”. Además, también ofrece ponencias y conferencias donde lleva su lema Todos los días sale el sol, y si no, ya me encargo yo de sacarlo por delante.
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De esta forma, tras cosechar una carrera llena de éxitos, el cuatro veces oro olímpico tiene claro cuál es el mejor motivo para celebrar este 14 de noviembre: “hay que celebrar la calidad de vida que los diabéticos tenemos actualmente, somos personas autónomas y podemos desempeñar cualquier función sin problema alguno. Pero tenemos que ir más allá”, asegura.