Sorolla estaba tan orgulloso del resultado final de su impacante “¡Triste herencia”!, una de sus obras más célebres, que regaló a otros artistas los estudios y bocetos que había hecho para este cuadro en la playa de la Malva-rosa. Para algunos expertos, esta representación de varios niños con discapacidad que toman el baño bajo la atenta mirada del monje que los cuida, resultó ser la consagración nacional e internacional del artista valenciano. Pero para él, la creación de esta pintura supuso un desgaste mental terrible.
“Sufrí terriblemente cuando lo pinté. Tuve que forzarme todo el tiempo. Nunca volveré a pintar un tema como ése”, aseguraba Sorolla en una entrevista en 1909. Tan mal lo pasó que solo la intervención de Vicente Blasco Ibáñez, Roberto Castrovido y Rodrigo Soriano le disuadió de dejar el cuadro sin acabar.
Ahora la casa de subastas Sotheby’s acaba de vender por 144.000 dolares (algo más de 137.000 euros) uno de esas “notas de color” de ¡Triste herencia! que acabó regalando a amigos y compañeros de profesión como William Merritt Chase, William J. E. E. Laparra y John Singer Sargent. Este pequeño boceto de 30 por 60 centímetros pasó de uno de ellos a otras manos, entre ellas las de un coleccionista privado que ha mantenido su propiedad durante más de siete décadas hasta la subasta del pasado 19 de noviembre.
Según indica la casa Sotheby’s, Sorolla realizó este enérgico boceto al óleo mientras preparaba su monumental ¡Triste herencia!, así que probablemente lo pintó en la misma playa de la Malva-rosa. En este pequeño lienzo -el original, propiedad de la Fundación Bancaja, mide 210 centímetros de alto por 285 de ancho-, Sorolla se centra en el fraile de San Juan que aparece en la composición final, pero adopta un punto de vista ligeramente diferente e incluye una segunda figura vestida con la túnica, que no aparece en la versión más grande.
La escala y formato del boceto al óleo funcionan como una especie de recordatorio para capturar los momentos fugaces de un evento vivido en tiempo real. Los niños en el agua a la derecha se muestran con pinceladas cortas y rápidas que sugieren movimiento, mientras que las túnicas del fraile central están pintadas con amplios y mojados pasajes de pincel, interrumpidos por toques cuidadosos de azul para reinstaurar el agua detrás de él. El niño al que asiste está rápidamente esbozado, con gran parte de su cuerpo desnudo dada forma por el lienzo en blanco; las figuras a la izquierda son líneas en busca de la forma que representan las figuras totalmente desarrolladas de la obra final.
Sobre la gestación de ¡Triste herencia!, Sorolla contaba en una entrevista que un día de 1899 estaba trabajando en uno de sus estudios de la pesca valenciana, “cuando descubrí de lejos unos cuantos muchachos desnudos dentro, y a la orilla del mar y vigilándolos la vigorosa figura de un fraile”. “Parece ser que eran los acogidos del hospital de San Juan de Dios, el más triste desecho de la sociedad: ciegos, locos, tullidos y leprosos. No puedo explicarle a usted cuanto me impresionaron, tanto que no perdí tiempo para obtener un permiso para trabajar sobre el terreno, y allí mismo, al lado de la orilla del agua, hice mi pintura”.
Sorolla trabajó a través de numerosos estudios preparatorios para afinar la disposición general de las formas, así como de las figuras individuales. Su pintura monumental recibió el más alto premio en la Feria Mundial de París de 1900 y la Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1901, un premio votado por sus compañeros artistas.
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Sorolla depositó ¡Triste herencia! en el Museo de Arte Moderno a la espera de que el Estado español la adquiriera, pero la compra no se llegó a realizar. Fue finalmente el empresario y coleccionista Jesús Vidal, quien pagó cuarenta mil pesetas por el cuadro. De él pasó a John E. Berwind, quien lo donó al colegio de la iglesia de la Asunción de Nueva York. En 1981 fue subastado en Sotheby’s y adquirido por Bancaja, con lo que la obra, como Sorolla quería, volvió a España.
Sarol and the Sea, an exhibit depicting Joaquín Sarol’s fascination with the Mediterranean coast, opened in Florida at the Norton Museum in West Palm Beach, Miami. This is the first symbol in this collection, owned by the Museo y Biblioteca de la Hispanic Society, to be sold in New York. Guillaume Kients, executive director of the institution, assured that this work is “an incomparable opportunity for a new audience to discover and appreciate its profound influence on the history of art.”
The exhibition, which has around 40 exhibits, is divided into five sections with an integral vision of Sarolla’s artistic evolution and his unique perspective on Mediterranean culture. The “Scenes de playa” section concerns families and people of the media class and trabajadora descansando en las orillas del mar, enjoying leisure and relaxation, a theme new to this era included the work “Idilio marino” (1908).
In the Plein Air section, we remove paintings that the artist executed en plein air, including Louis Comfort’s 1911 portrait of Tiffany, which the artist developed en plein air among colorful flowers along the coast.
In contrast, La vida del pescador plays to the people of Valencia trabajando and includes la obra Varando el barco (Luz de la tarde) (1903), a monumental scene of men and her tripulación of bueyes tirando de los barcos hacia la orilla . In the Vision of Spain section, we feature Sarolla’s work and research, including installation plans for Visión de España, a series of 14 monumental sketches commissioned in 1911. Spanish-speaking society.
Finally, the bronze bust of Sarolla by Marianne Benlure and Gill offers visitors a three-dimensional vision of the artist depicted in the painting.
It is also one of Norton’s collections that featured Sarolla’s friend, Retrato de Enrique Recio y Gil (between 1885-1888).
This museum, which will run until April, is the first large-scale solo presentation of a 20th-century European painter at the Norton Museum of Art in 18 years.