Durante más de 48 horas, la tuvo retenida en su casa, la torturó, la amenazó y la agredió sexualmente. Hasta que ella, usando todo su ingenio, pudo alertar a través del 016 de su situación y salir corriendo cuando él abrió a los dos guardias civiles que acudieron al domicilio para ver qué estaba sucediendo. Sucedió en agosto pasado, en un domicilio de Navarrés (Valencia) donde el presunto agresor, que está en la cárcel de Picassent por orden judicial, llevó a su víctima bajo engaño, después de que la joven respondiese a una oferta de trabajo para cuidar niños o personas mayores que resultó ser tan falsa como el detenido, de 41 años de edad.
Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, los hechos, que están siendo investigados por la juez de Instrucción número 3 de Xàtiva, comenzaron a gestarse a mediados de agosto, cuando el presunto violador puso un anunció en una página de Facebook en el que ofrecía trabajo cuidando niños y/o personas mayores. El anuncio, en árabe, estaba destinado a mujeres marroquíes, la misma nacionalidad del ’empleador’.
Una vez que la víctima, que residía y reside fuera de la C. Valenciana, se interesó por el trabajo, el ahora acusado, siguiendo con la patraña, le dijo que debía viajar hasta Xàtiva para mantener una entrevista y comprobar si su perfil laboral era el adecuado. La joven tomó un tren hasta la capital de la Costera y el presunto violador, cumpliendo con su plan, fue a buscarla con su coche y la llevó a su casa. Y lo hizo acompañado por una amiga suya, española, lo que dio confianza a la chica al ver que había otra mujer, así que no intuyó lo que iba a ocurrir en los siguientes días.
La grabó a escondidas en la ducha
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Aún así, como relataría después, la chica empezó a sentirse incómoda al traspasar la puerta de la vivienda y ver que se quedaban solos. Le ofreció ducharse y, cuando fue a salir, lo sorprendió dentro del baño y con el móvil en la mano. Al intuir que podía haberla grabado desnuda, se enfrentó al hombre y le pidió explicaciones diciéndole que qué estaba haciendo con el móvil. Y las cosas empezaron a torcerse del todo.
En ese instante, la obligó a sentarse en un sofá y la sometió a tocamientos. La chica, pese al miedo que sentía, según explicaría después a la Guardia Civil, se puso en pie bruscamente y se fue corriendo hacia la salida con la intención de escapar. Pero la puerta estaba cerrada. Con llave. Al parecer, desde el primer momento, aunque ella no se había dado cuenta, por lo que es probable que le bloquease la única via de escape mientras ella se duchaba.
Violaciones con una botella y quemaduras
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A partir de ese momento, empezó la pesadilla. A lo largo de las siguientes 48 horas de encierro absoluto la amenazó con un cuchillo, le hizo quemaduras con un cigarro y la agredió sexualmente utilizando una botella de cerveza.
Pasados dos largos días, la joven, aprovechando un descuido de su captor, logró conectarse de madrugada con su teléfono y buscar, en su idioma, cómo pedir ayuda siendo mujer. Encontró el teléfono contra la violencia machista 016 y llamó aprovechando que el violador dormía, pero no pudo entenderse con la operadora porque apenas habla castellano, ya que llevaba solo unos meses en España. Por fortuna, la persona que atendió la llamada entendió la urgencia de la chica por su tono de desesperación y la transfirió al Centro Mujer 24 horas de Valencia. Fue allí donde le dieron un número móvil para continuar la conversación por escrito, a través de Whatsapp.
“Es un criminal, estoy en peligro, necesito Policía”
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Así, la chica, valiéndose del traductor de Google, fue pasando del árabe al castellano sus mensajes de auxilio: “Estoy en peligro”, “es un criminal”, “necesito Policía”. Además, la joven, que no tiene ninguna relación -más allá de lo que sufrió- con el municipio de Navarrés (por esa razón se informa de la localidad, porque no compromete el anonimato de la víctima), tuvo que enviar la ubicación para poder ser localizada, ya que ni siquiera sabía el nombre del pueblo ni dónde se encontraba. Hay que tener en cuenta que cuando respondió a lo que ella creía una oferta laboral real, su interlocutor solo habló de Xàtiva y nunca le dijo que iba a llevarla a Navarrés.
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Una vez visto que estaba encerrada en una casa de Navarrés, alertaron de inmediato a la Guardia Civil de ese municipio para que fuese a liberarla. Una patrulla con dos agentes se desplazó en ese instante, a las tres de la madrugada del 17 de agosto, a la casa y llamaron a la puerta. El presunto violador acabó por abrir la puerta, momento en que la chica aprovechó para salir corriendo y refugiarse detrás de los guardias, que detuvieron al sospechoso. Dos días después, la jueza de Xàtiva lo envió a prisión, donde permanece mientras concluye la instrucción hasta que llegue el juicio.