José Peseiro (64 años, Coruche, Portugal) está sin equipo tras finalizar su etapa como seleccionador de Nigeria el pasado mes de marzo. A la espera de volver a los banquillos, reconoce que está viendo mucho fútbol y que el Barça de Flick le ha impactado. Ahí está brillando un Raphinha al que tuvo a sus órdenes en el Vitoria de Guimaraes y el Sporting de Lisboa. Peseiro nos atiende vía telefónica con un perfecto castellano tras su etapa como segundo de Queiroz en el Real Madrid la temporada 2003-04.
¿Cómo estás viviendo esta etapa sin la presión de los banquillos y cuál quieres que sea tu siguiente paso?
La experiencia con Nigeria fue buena porque hicimos una clasificación muy buena, batimos récords y jugamos al final contra Costa de Marfil, pero por las condiciones que se dieron decidimos no continuar. Ahora lo que estoy haciendo es ver muchos partidos de la Champions, LaLiga, la Premier… y estoy a la expectativa. He tenido muchos contactos, pero no he firmado con nadie, porque aún no me ha llegado algo que me guste.
Supongo que habrás podido ver al Barça de Flick…
Sí y ha sido una sorpresa ver como hay una idea nueva y una forma de jugar diferente; creo que lo están haciendo muy bien. Para los profesionales que nos gusta el fútbol uno ve a este Barça y piensa: ‘¿cómo es posible que Flick haya podido implantar una idea tan clara con tanto poco tiempo?
¿Qué te llama más la atención?
Que no es un equipo de tiki-taka. Es un equipo que presiona muy alto y cuando recupera el balón tiene una transición ofensiva muy rápida y vertical. Claro que puede tener el balón, pero su mayor fuerza es la capacidad defensiva de presionar. Es un equipo que te quita el balón y te agrede con una transición vertical.
Raphinha es el jugador que mejor conoces, porque lo has entrenado ¿no te sorprende el salto brutal que ha hecho esta temporada?
Cuando Raphinha firmó por el Barça todo el mundo me preguntaba: ‘¿pero cómo van a jugar Raphinha y Dembélé juntos?’ Y yo les decía: ‘Raphinha es mejor futbolista que Dembélé’ y todos se ponían las manos en la cabeza [sonríe]. But still he thought that Rafinha was much more complete. Es un jugador que defiende, ataca, pelea, presina; A player who combines all modern football records with power and quality. Do you hear what you are saying?
Todos los jugadores necesitan cariño y creo que Raphinha no tuvo cariño con el anterior entrenador
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Aquí lo que más nos ha sorprendido es que no es el jugador que nos imaginamos que fichaba el Barça. Llegó con la etiqueta de extremo brasileño con mucho desequilibrio, pero está marcando diferencias jugando por dentro o incluso por la izquierda…
Claro que si me dices: ‘¿es un jugador para el tiki-taka?’ Yo te respondo que no. No lo es. Pero Raphinha le da a Flick la capacidad de presionar alto como equipo. Es un jugador distinto a Dembélé; puede que no tenga la capacidad de Ousmane en el uno contra uno, pero es un jugador muy humilde, que trabaja mucho, que pelea mucho y con una pegada grande cuando mira portería. Se está viendo esta temporada: es un jugador muy resistente, con una capacidad enorme para recorrer grandes distancias. El año pasado cuando me decían que podía irse me parecía una mala noticia para el Barça. Creo que ha crecido y madurado mucho, pero la capacidad de carrera y esfuerzo siempre la ha tenido.
¿Qué aspectos trabajaste más con él?
Lo que trabajamos más con él fue el criterio. Eso es lo principal. Me encontré un jugador al que le gustaba mucho entrenar. Cuando acababa el entrenamiento, se quedaba a entrenar con balón. Una cosa buena que ha desarrollado mucho es la toma de decisiones. Me encontré un jugador que quería jugar siempre rápido, y estos años ha desarrollado la capacidad para decidir mejor. El fútbol es un juego de decisiones y para jugar en un equipo como el Barça tienes que tener la capacidad de decidir bien. Lo más importante en la explosión de Raphinha es que está siendo un jugador más maduro, un jugador que piensa más.
¿Su evolución no te recuerda a un futbolista como Di María?
Raphinha aún no tiene ese nivel en la toma de decisiones, pero va en esa dirección. La manera de finalizar que tuvo ante el Madrid años atrás habría chutado rápido. Antes remataba, ahora tiene capacidad para ver donde está el portero, donde está el oponente y decidir bien. El entrenador de ahora confía en Raphinha, le dan el brazalete de capitán… tiene todo y la confianza se nota. Todos los jugadores necesitan cariño y creo que nunca tuvo cariño con el anterior entrenador.
¿Recuerdas alguna anécdota con él que defina su carácter?
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Conmigo era un tío humilde que no soportaba perder. Le gustaba ganar todo: los uno contra uno, los dos contra dos, los tres contra tres, los cuatro contra cuatro… un jugador que hace del entrenamiento una pelea constante para ganar. Un jugador que después de entrenar estaba 20, 30 minutos más ensayando las faltas. Le gustaba mucho pelear con Bruno Fernandez [el actual jugador del United]. Se quedaban muchas veces depués del trainingo para training las faltas.