El viernes, el Ministerio de Igualdad elevaba a nueve los menores asesinados por violencia vicaria este 2024. Lo hacía tras confirmar el caso de un niño de solo dos años en Linares (Jaén). El pequeño presentaba un traumatismo craneoencefálico tras recibir una paliza de su padrastro.
El presunto asesino también ha agredido a su hermano gemelo, que fue trasladado a un hospital con heridas de diversa consideración.
Cataluña, Andalucía y Castilla-La Mancha
Los nueve menores asesinados por violencia de género este año eran de tres comunidades autónomas: tres de Cataluña, tres de Andalucía y tres de Castilla-La Mancha. Todos ellos eran españoles, mientras que dos de los seis de los presuntos agresores (33,3%) eran de otro país. Siete eran padres y dos padrastros.
Por edades, dos de estos menores (22,2%) tenía en el momento del asesinato entre tres y cuatro años; uno, de cinco a seis (11,1%); tres, de siete a ocho (33,3%); y otro de 15 a 17 (11,1%). Los agresores tienen todos entre 33 y 50 años.
Según datos del Ministerio de Igualdad, el niño de Jaén es el segundo menor asesinado por violencia vicaria este 2024 con menos de dos años. En total, desde 2013 ha habido 15 bebés (entre cero y dos años) asesinados.
Denuncias previas
Igualdad también muestra que existían denuncias previas en cuatro de los nueve casos (44%). En el resto no.
Por otro lado, el Ministerio del Interior tiene detectados a día de hoy en el Sistema VioGén 1.711 casos con menores en riesgo de ser agredidos por el maltratador de su madre, de los que siete se encuentran en riesgo extremo, 157 en alto y 1.547 en medio.
Asimismo, tiene registrados 120 casos con menores en situación de vulnerabilidad alta y extrema (115 y cinco) y 1.581 en media.
Qué es la violencia vicaria
La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, definía la violencia vicaria como la más cruenta de las violencias machistas, al instrumentalizar a los menores para atacar a la madre “de la forma más terrible”.
También la Fiscalía de Sala de Violencia sobre la Mujer explicaba en un escrito monográfico que “no hay manera de causar mayor daño a una madre que asesinando a sus hijos“. Más, añadían, “que acabando con su propia vida”,
En él señalaba que la violencia vicaria “es un término que permite explicar cómo la violencia se puede ejercer también a través de los hijos e hijas, instrumentalizándolos con la sola finalidad de dañar a la madre. En su forma extrema, se manifiesta a través del asesinato de los hijos e hijas de la pareja, que pueden ser comunes o no, pero hay otras manifestaciones que, sin llegar a quitar la vida a los niños o niñas, produce un grave daño tanto a ellos como a sus madres”.
Factores de riesgo
También apuntaban a la ruptura de la pareja como un factor precipitante del riesgo. En el estudio titulado Un golpe irreversible contra las madres, de la Asociación de Mujeres Psicología Feminista, se analizaron 50 asesinatos desde el año 2000, a partir de 400 sentencias judiciales y los datos aparecidos en los medios. Así, vieron que la mayoría de los crímenes tuvieron lugar cuando la pareja ya se ha separado o está en proceso de divorcio (el 66%).
Además, casi en un 70% de los asesinatos en un contexto de ruptura sentimental, los datos indican que el motivo es la no aceptación por parte del agresor de la separación. Por lo general, el crimen se comete cuando la separación es reciente. En cuanto a las parejas convivientes, que suponen el 29% de la muestra, el 13% se comete cuando la mujer ha planteado el fin de la relación.
Además, en siete de cada diez asesinatos por violencia vicaria se había identificado algún tipo de violencia de género previa hacia la madre, aunque solo habían sido denunciados de manera formal en el juzgado el 26% de los asesinos: el 24% por la madre de los niños y el 2% por una pareja anterior.
Además, cuando las autoridades fueron alertadas, en el 70% de los casos no se establecieron medidas de protección y un 20% únicamente para la madre, pero ninguna estaba vigente en el momento del crimen.
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Por todo ello, en las VI Jornadas de Justicia e Igualdad con motivo del 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, varias juristas y psicólogas expertas han reclamado una ley específica contra la violencia vicaria. El objetivo es impedir que estas cifras se sigan produciendo y que los menores estén mucho más protegidos.