Juan Lobato ha decidido resistir. Algunos de sus fieles flaquean y no ven clara su estrategia, pero de momento él sigue apostando por ir de cabeza a unas primarias para revalidar su cargo como secretario general del PSOE de Madrid en contra de todo el aparato del partido. La militancia es lo que decantará la batalla y el todavía líder de los socialistas se aferra a ella. “Este es un partido de militantes”, apuntó este martes con toda intención durante su comparecencia en la Asamblea de Madrid, en la que confirmó que seguía adelante. Pero antes de que lleguen las primarias falta un congreso federal del que Pedro Sánchez saldrá elegido como líder del partido y una declaración ante el Tribunal Supremo.
Tras afirmar que está sufriendo un “linchamiento” por parte de su propio partido, en su entorno aseguraban que Lobato iba a acudir a Sevilla el próximo viernes justo después de declarar como testigo ante el Supremo por el caso de las presuntas filtraciones delictivas del caso de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Pero según iba avanzando el día esa idea se fue diluyendo.
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Congreso de Sevilla
Fuentes del partido creen que Lobato ha “reventado” el congreso federal con su confesión sobre el acta notarial en la que recogía su conversación sobre el novio de Ayuso con un miembro del Gobierno de Sánchez. Presentarse en Sevilla tras esa citación como testigo en los tribunales puede servirle para reivindicarse ante una dirección que le ha retirado su apoyo de forma explícita y ante compañeros que se mueven entre el rechazo absoluto y la incomprensión. Algunos ya avisan: “Allí sufrirá todo el reproche de los compañeros”. Otros simplemente apuntan que le va a resultar “duro” e “incómodo” enfrentarse en la ciudad andaluza a sus compañeros.
Pero los congresos de los partidos suelen estar plagados de imágenes simbólicas, los líderes regionales escenifican el valor y fuerza de sus federaciones y el secretario general el clamor con el que ha sido elegido. Lobato va a tener difícil encontrar la imagen adecuada de cara a su campaña para las primarias, señalan internamente. Y encabezar la delegación de Madrid en ese congreso federal cuando parte de sus 98 miembros está a favor de una candidatura alternativa va a ser también un mal trago.
A la espera de la ejecutiva
“Todo es un disparate tras otro”, con frases como esta se manifiestan a un lado y otro del actual líder de los socialistas, los afines y los críticos. Quienes buscan la dimisión o un cambio de liderazgo piden una convocatoria inmediata del comité ejecutivo regional que permita revocar al secretario general de su cargo con base en unos estatutos que no lo ponen fácil, como hicieron ayer Reyes Maroto y el delegado del Gobierno, Francisco Martín, pero de momento no hay ninguna ejecutiva convocada y solo está previsto que la próxima semana este órgano se reúna para proclamar directamente el calendario del congreso regional acordado con Ferraz hace mes y medio. Una vez pactado y anunciado, entienden en la dirección regional, no es necesario ningún otro órgano previo para su convocatoria formal.
A la espera de acudir el viernes a los tribunales, Lobato se ha propuesto controlar sus declaraciones públicas, por lo que lo previsible es que aguante en silencio hasta ese momento aunque el partido sigua bullendo por dentro. En su propio equipo hay quien no comparte que acudiera al notario a registrar la conversación con una compañera de partido, que es lo que tiene escandalizado a gran parte de la federación. La declaración del viernes será determinante, de su resultado puede depender la presencia de Lobato en Sevilla y también la reacción de los que le han apoyado hasta ahora o se han mantenido dubitativos. “Juan no va al notario para darse un paseo, va porque entiende que puede haber algo que no es correcto”, defienden entre quienes le apoyan. “El respeto a la ley y al partido” es lo que prevalece en ese acta, insisten.
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Aunque algunos le reconocen que esta guerra “no la empezó él”, los apoyos públicos a su candidatura son escasos. “La única forma de cortar la sangría es su dimisión, lleve o no razón”, apunta un miembro de la federación que antes de conocerse lo del notario ya se había posicionado a favor de una candidatura alternativa a Lobato. De momento, Lobato opta por la resistencia y por aplicar una cucharada de sanchismo a Sánchez, con la intención de utilizar toda la fuerza del adversario a su favor como en el judo. Pero incluso en su entorno más cercano reconocen que lo tiene muy difícil y algunos incluso lo dan perdido.