Existe un componente natural presente en algunos alimentos denominado trehalosa. Como explica la dietista Laura Sánchez Anguita, especialista en nutrición del Hospital Universitario La Luz de Madrid, se trata de “un tipo de azúcar natural presente en alimentos como los champiñones, setas y cerveza”. La industria ha conseguido extraer este azúcar de los alimentos que la contienen lo que ha hecho que la trehalosa tenga muchas aplicaciones para la industria de los alimentos, farmacéutica y cosmética.
Lo que no es tan conocido ni tampoco está completamente claro es si este compuesto natural podía estar causando intolerancias alimenticias. Y es que como explica la doctora Sánchez Anguita, actualmente no está catalogada ni reconocida como otras intolerancias más comunes como pueden ser, entre otras, la de la lactosa o la del gluten, pero lo cierto es que “esta intolerancia, aún poco conocida por la población general, está comenzando a preocupar a los profesionales de la salud debido a su impacto en la calidad de vida de los pacientes”.
Síntomas que se confunden con otras patologías gastrointestinal
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La trehalosa es un carbohidrato disacárido que es sustento de la microbiota intestinal, y la intolerancia, según explica Laura Sánchez, es debida a que la mucosa del intestino delgado no produce o tiene un déficit de la enzima trehalasa.
- “Esta patología ocurre cuando comemos algún alimento rico en trehalosa, como puede ser champiñones, setas, miel y/o cerveza”.
Y aunque cada vez son más habituales las intolerancias y las alergias alimenticias, en muchas ocasiones es difícil su diagnóstico ya que sus síntomas se confunden con otras patologías.
De hecho, es lo que podría estar ocurriendo con la intolerancia a la trehalosa puede ser fácilmente confundida con otras afecciones gastrointestinales como el Síndrome del Intestino Irritable (SII), cuyo cuadro se caracteriza por alteraciones del ritmo intestinal, distensión abdominal, calambres abdominales, dolor abdominal y flatulencias o la intolerancia a la lactosa, lo que dificulta su diagnóstico.
Pero es que como asegura la especialista en nutrición, la intolerancia a la trehalosa “además de tener estos síntomas están otros propios de la intolerancia también en otras partes del cuerpo como neurológicos (dolor de cabeza, mareos, vértigos, etc.), respiratorios (asma, etc.) y/o dermatológicos como acné”.
Por todo ello, la especialista en nutrición Laura Sánchez advierte que es fundamental que tanto pacientes como médicos, estén al tanto de la posibilidad de la presencia de la intolerancia para evitar diagnósticos erróneos y mejorar la calidad de vida de los afectados.
¿Y cómo se diagnostica esta intolerancia?
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Pues según la experta, existen medios disponibles para poder diagnosticar la intolerancia a la trehalosa. En concreto, se puede realizar una test de hidrógeno espirado, usada también para el diagnóstico del SIBO o la intolerancia a lactosa, y que puede realizar bien un endocrino, el dietista-nutricionista o un especialista de digestivo.
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Y ¿cuál sería el tratamiento en el caso de dar positivo a esta intolerancia? Pues Laura Sánchez señala que la solución más efectiva es la eliminación o reducción de los alimentos que contienen trehalosa, como los champiñones y otros hongos comestibles. A esto habría que añadirle un control de los ingredientes de los que están compuestos determinados productos procesados ya que “la trehalosa puede estar presente como aditivo” en alguno de ellos.