Ana Henao, una empresaria de 40 años, lleva desaparecida desde el 2 de febrero. Desde finales de 2023 vivía en un piso de la calle Francisco Silvela, en Madrid. Su marido, David Knezevich, del que estaba intentando separarse, está en prisión en Estados Unidos, acusado de su secuestro. El juicio está previsto para el próximo 21 de octubre, pero es posible que se aplace. Policía española y FBI siguen buscando el cadáver de Ana en varios puntos de España, Italia y Serbia.
El lugar del crimen fue, según las investigaciones de la Policía Nacional y el FBI, su casa de Madrid. Su marido viajó desde Serbia a España en un coche de alquiler al que le cambió la matrícula y le oscureció las lunas. La tarde del 2 de febrero, compró un spray de pintura en una tienda de Coslada y, oculto tras un casco de moto, entró en el portal y roció con pintura negra las cámaras de seguridad del edificio donde vivía Ana. De todos esos movimientos hay imágenes y pruebas en el sumario del caso.
Sin cadáver
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Luego, siempre según el sumario, subió al piso de Ana. Allí, según los investigadores, la agredió y se la llevó, muy posiblemente dentro de una gran maleta. Alertados por una amiga de Ana, los bomberos entraron en la casa el 4 de febrero. La mujer había dejado allí toda su ropa y sus objetos personales. Alguien, supuestamente su marido, se llevó su teléfono móvil y su ordenador portátil.
La inspección de la Policía aplicó reactivos y luminol en busca de restos de sangre, sin resultado. Halló desorden y restos de una posible agresión en el cuarto de baño.
David Knezevich huyó de España esa misma noche, con el cuerpo de su mujer en el maletero del coche, según la Policía. Los investigadores han buscado el cadáver de la mujer en algunos lugares donde pudo hacer paradas en el trayecto de regreso a Serbia. Así lo hicieron en Ajalvir (Madrid) y en el río Jalón (a su paso por Medinaceli, en la provincia de Soria). También en una zona boscosa a las afueras de Vicenza (Italia). De momento, sin resultado.
Tres teléfonos
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Las últimas pesquisas de la policía han revelado que Knezevich viajó de vuelta a Serbia con su teléfono móvil (usó hasta tres distintos para borrar sus huellas) y el de Ana Henao. Así lo demuestran los datos obtenidos de la centralita del coche que alquiló para cruzar Europa. Ambos teléfonos dan señal juntos en esa centralita de regreso hacia Serbia, al día siguiente de que Ana desapareciera.
En el sumario consta también un informe de la policía en el que se indica que los mensajes que alguien -supuestamente el marido- envió a una amiga haciéndose pasar por Ana fueron enviados también desde territorio francés. En ellos se decía que Ana había conocido a un hombre maravilloso con el que iba a pasar el fin de semana en una casa a las afueras de Madrid.
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Investigadores españoles y del FBI viajaron a Serbia para tratar de localizar nuevas pistas sobre el paradero del cadáver de Ana Henao. Interrogaron al dueño del coche de alquiler que usó Knezevich y a otros testigos. El padre del sospechoso se negó a declarar. La madre, Biljana, sí prestó declaración y habló de las relaciones de su hijo y su nuera. Cuando los agentes le mostraron la imagen de un hombre -su hijo- comprando un spray en una tienda cercana a Madrid y le pidieron que dijera si reconocía a alguien, la madre del sospechoso dijo: “no quiero contestar”.