Gonzalo R. I., presunto asesino de un enfermero de un hospital de Alcalá de Henares, Madrid, ha declarado este lunes ante la Audiencia Provincial de Madrid para intentar explicar por qué acuchilló hasta la muerte a Sergio, un hombre con el que sospechaba que su novia le estaba siendo infiel. “Un día en el hospital me comentó una compañera si seguía con Carolina. Yo no entendía la pregunta y me dijo que tenía algo con Sergio y me puse ojo avizor. Empecé a ver cosas que no era normales y me comentó que se había acostado una vez con él, me perjuró que no iba a volver con él y que solo era un desliz. Pensé que me iba a seguir queriendo”, ha narrado.
En su declaración, recogida por Europa Press, Gonzalo solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha reconocido los hechos y ha pedido perdón a la familia de la víctima. “Me puse el uniforme para poder pasar al hospital a pesar de que no estaba de guardia. Subí con un cuchillo para acojonar a Sergio si le veía. Yo quería hablar con Carolina y solucionarlo. Vi a Sergio. No iba a matarle. Le pregunté dónde estaba Carolina y me dijo que la iba a seguir violando”, ha dicho Gonzalo, para el que se piden hasta 25 años de cárcel.
“Le corté el cuello, lo reconozco, es duro. Lo reconozco. No soy un asesino. Tengo la imagen de la traquea. No lo supe gestionar. Soy un primo. He vivido una mentira”, ha explicado, llorando, ante el jurado popular que se ha conformado esta misma mañana. “Me arrepiento todos los días de mi vida”.
“Se le fue la cabeza”
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El 6 de marzo de 2021, Gonzalo, según explica la Fiscalía, se puso su uniforme de trabajo como conductor de ambulancias, a pesar de que ese día no estaba de servicio, y se dirigió al hospital Princesa de Asturias de Alcalá de Henares, Madrid. Allí, buscó a Sergio, un enfermero con el que sospechaba que su novia, también enfermera, le estaba siendo infiel. Y, cuando le encontró, le apuñaló repetidamente hasta matarle.
La Audiencia Provincial de Madrid ha conformado este lunes el jurado popular para el juicio que se extenderá durante las próximas dos semanas. En él, la Fiscalía solicita para el acusado 21 años de prisión por un delito de asesinato, pero las dos acusaciones particulares, que ejercen los padres y los hijos de la víctima, elevan a 25 años esa petición al entender que concurren los agravantes de premeditación y ensañamiento, ya que planeó el asesinato y la víctima no tuvo opción de defenderse.
El abogado defensor, por su parte, ha explicado que a su cliente “se le fue la cabeza”, por lo que ha pedido que se considere lo sucedido como un delito de homicidio con una eximente completa por trastorno mental transitorio y de forma subsidiaria una atenuante por arrebato y trastorno mental transitorio.
Un asesinato por celos
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Según ha sostenido hoy la defensa del presunto asesino, el día anterior ella le reconoció que efectivamente existía esa infidelidad, y, siempre según su versión, acudió al hospital para pedirle que la dejara. La víctima, supuestamente, le habría dicho que seguiría acostandose con ella y con su hija menor de edad. “Ofuscado y con un claro trastorno mental se dirigió a su coche y cogió un cuchillo de cocina. Le dio una puñalada en el cuello”, recoge el escrito.
Una vez que la Policía llegó y logró reducirle fue detenido y el juzgado de guardia decretó su ingreso en prisión como presunto autor del asesinato. El presunto agresor llevaba al menos diez años trabajando como conductor de ambulancias en una empresa subcontratada por el Servicio de Urgencia Médica de Madrid (Summa), y ese día estaba fuera de servicio, aunque acudió al hospital con ropa de trabajo.
El Ministerio Público pide para el procesado 21 años de prisión por un delito asesinato, que no se acerque ni se comunique con los dos hijos del fallecido, ni otros familiares cercanos, durante 25 años, y que tampoco acceda al hospital Príncipe de Asturias por ese tiempo.
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Además, el Ministerio Público también solicita que se indemnice a cada hijo del fallecido con 350.000 euros, a cada uno de los padres del fallecido con 75.000 euros, y a cada hermano con 30.000 euros. En total, casi un millón de euros en inmdemnizaciones de las que sería responsable civil subsidiario el Servicio Madrileño de Salud (Sermás).