Estaba en un gran momento de forma, se había ganado a una afición que ya empezaba a corear su nombre en Montilivi. Una inoportuna lesión con su selección, sin embargo, cortó su progresión.
La pelota siempre al ’10’, suelen decir. Y que el club le diera esa responsabilidad al fichaje más caro de su historia (18 ‘kilos’ más variables) significaba un gesto de total confianza en un chico de 21 años, con un talento descomunal y unas condiciones para convertirse en el tesoro más preciado del Girona.
Su fichaje generó un ‘hype’ tremendo, pero estaba claro que necesitaría su tiempo para adaptarse a un nuevo país y a un nuevo equipo, con un estilo de juego y una identidad muy marcados.
Lógicamente, Yaser fue de menos a más, pero las sensaciones que estaba en el césped eran muy positivas. Estaba demostrando por qué el club apostó por su talento. En Mestalla fue de lo mejorcito del Girona y se ganó a pulso repetir titularidad ante el Rayo en Montilivi. Y respondió a las mil maravillas. Fue uno de los futbolistas más incisivos y activos en ataque, retando constantemente a su par, o protagonizando las ocasiones más claras del equipo.
Ante el Rayo, no estuvo del todo acertado en su definición, pero dejó detalles de calidad evidentes en el pase y en el regate. De hecho, Montilivi le ovacionó cuando fue sustituido en el 76’.
Desafortunadamente para él, y para Míchel, regresó lesionado del parón de selecciones del pasado mes de octubre, siendo su último partido la victoria ante el Athletic, donde precisamente fue él quien abrió el marcador, después de que Miguel no tocara su centro-chut.
Sufrió un esguince en el tobillo, y el club estimaba que estaría más de un mes de baja. Ahora, mes y medio más tarde, Yaser regresa a una convocatoria del Girona, y lo hace, además, por la puerta grande: como titular.
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A priori, partirá en banda derecha, a pierna cambiada, mientras que Bryan Gil jugará en su zona habitual, en el costado izquierdo. Eso sí, no descarten que el ‘cafetero’ intente ocupar constantemente zonas interiores, para generar superioridad por dentro. Y cuando tiene suficiente tiempo y espacio, no se lo piensa dos veces y saca su zurda a pasear… Hay (muchas) ganas de ver a Asprilla.