José Pablo López desembarca en RTVE para poner fin a dos años de inestabilidad y desgobierno en la corporación. El nuevo presidente, que tomará posesión de su cargo este lunes, será el que más poder tenga desde la creación de la radiotelevisión pública, con plenas competencias para realizar contratos millonarios o modificar el organigrama. Unos responsabilidades que facilitan la toma de decisiones ante la ausencia alguna de contrapesos. Y todo ello, pese a presidir el Consejo de Administración más numeroso y caro de la historia, donde el Gobierno y sus socios tienen una mayoría de consejeros, gracias al decreto de RTVE aprobado en Consejo de Ministros, que aumentó el número de asientos en el órgano de mando para dar cabida a Sumar, ERC, Junts, PNV y Podemos, limitando el peso del PP.
Las contrapartidas de aquella negociación, como el impulso de la producción en catalán, una petición de ERC y Junts, deberán ser ahora impulsadas por López; está por ver si la exigencia de Podemos para dar su apoyo al periodista pasa por ampliar aún más su presencia en la radio y televisión pública, después de que Pablo Iglesias negociara entrar, tanto él como miembros de su empresa, en las tertulias de la corporación a cambio de haber apoyado a la última presidenta de RTVE, de carné socialista. Los retos de José Pablo López en la presidencia son muchos y de distinta naturaleza, desde económicos a políticos, pero también con cuestiones estructurales y económicas que deberán poner en pie su proyecto para RTVE.
Adelgazar organigrama directivo. El principal reto que se ha marcado es la drástica reducción de la estructura directiva de la corporación, que acumula casi 400 cargos a distintos niveles y que López quiere recortar drásticamente. Con un sueldo medio de 100.000 euros anuales de cada uno de estos cargos, la supresión de decenas de puestos de trabajo tendrá por objetivo lograr un ahorro millonario que alivie unas cuentas difíciles de cuadrar. La situación económica de RTVE no pasa por un buen momento, y el nuevo presidente tendrá como reto tratar de reducir el déficit de 47 millones que viene arrastrando sólo en los primeros nueve meses de este año.
Audiencias y fichajes. La recuperación de las audiencias y la conquista del público joven es otro de los objetivos confesos de José Pablo López, que fue el principal impulsor del polémico fichaje de David Broncano para RTVE, una apuesta multimillonaria que Moncloa impulsó para hacer sombra a El Hormiguero de Pablo Motos y que, después de aprobarse in extremis, ha logrado buenos resultados en la cadena pública. Las intenciones del nuevo presidente de RTVE podrán apoyarse en nuevos fichajes, que también deberán cuadrarse en el plan de gastos de RTVE. El nuevo decreto del Gobierno, además, permite que el nuevo presidente de la corporación tenga plenos poderes para la firma de contratos audiovisuales y fichajes, independientemente de su importe; una decisión que hasta ahora siempre había sido fruto de una decisión colegiada del Consejo de Administración.
Responsables de la filtración. El 29 de septiembre RTVE tuvo que cancelar el examen de oposición a informador unos minutos antes de que se celebrara por tener constancia de la filtración de la inmensa mayoría de las preguntas. Dos meses después, la investigación sigue en manos de la Policía Nacional y la corporación no ha tomado medidas contra ninguno de los dos implicados, el miembro de tribunal que creó el documento filtrado, ni el otro detenido en su domicilio en Madrid implicado en el asunto.
La investigación interna está paralizada y las dos personas relacionadas siguen percibiendo un sueldo público. El hecho de que los dos implicados estuvieran vinculados a UGT, el mismo sindicato al que estaba adscrita la última presidenta, Concepción Cascajosa, despertó suspicacias sobre la motivación de la falta de acciones. El nuevo presidente deberá tomar las riendas también de la investigación, ya cuestionada, por este asunto. Fuentes de la corporación apuntan a que el periodista prevé “llegar hasta el final”, para devolver la imagen y la reputación a RTVE y tratar de paliar el gran malestar interno que existe en la plantilla.
Sindicatos. En los últimos meses, la batalla entre sindicatos de RTVE ha llegado más lejos que nunca a raíz de las filtraciones, en las que estvaban implicados al menos dos miembros de UGT. Esta circunstancia ha alentado aún más el enfrentamiento sindical, donde CCOO, USO y CGT han acusado al sindicato mayoritario de ganar apoyos a cambio de facilitar la plaza a los trabajadores sin plaza fija. Lo cierto es que en las últimas elecciones sindicales UGT fue elegido como el sindicato mayoritario, y esta organización, tradicionalmente vinculada al PSOE, tiene una importante en la corporación. Algo que ha sido -según denuncia el resto de sindicatos- promovido por las últimas direcciones de RTVE, donde hay figuras vinculadas a UGT, entre ellas la última presidenta interina, Cascajosa.
Si recortar el organigrama directivo, como aspira a hacer José Pablo López, supone quitar poder al principal sindicato, podría verse en entredicho el apoyo que le ha mostrado UGT, que esta misma semana daba al nuevo presidente la bienvenida entre halagos. La pérdida de apoyos de los sindicatos podría dinamitar la paz social que reina en RTVE y que sólo se ha visto ligeramente alterada por las protestas convocadas por el Consejo de Informativos ante el nuevo decreto del Gobierno. En su mandato además deberá negociarse el nuevo Convenio de RTVE, que regula todo el funcionamiento interno.
Promover el catalán. La estructura territorial de RTVE será otro de los grandes asuntos con los que López tendrá que lidiar, después de que Junts y ERC exigieran para apoyar los cambios en RTVE potenciar la producción en catalán en el centro de RTVE en Sant Cugat, que cuenta con alrededor de 800 trabajadores de los con la idea de abrir divisiones territoriales potentes en Cataluña y lugares con lenguas oficiales, al estilo de BBC nations, una referencia muy reclamada por los partidos independentistas.
En el debate parlamentario sobre el decreto de RTVE, tanto Junts como ERC hicieron hincapié en su exigencia de fomentar el catalán desde la pública. El diputado de ERC Álvaro Vidal, advirtió que su partido “está especialmente interesado en la promoción y expansión del uso del Catalán en Radio 4 y en el centro de producción de San Cugat”, pidiendo una mayor producción y promoción en catalán y lenguas cooficiales.
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El diputado Sarriá, de Junts, también criticó que el centro catalán de RTVE hn trabajado en muchos casos para la televisión estatal, y que “nunca se ha una apuesta clara para que el Catalán fuera la lengua vehicular de la programación”. “Ahora es el momento de revertir la situación”, prosiguió. En este punto, el dirigente independentista hizo una advertencia al Gobierno, vinculando su apoyo al nuevo Consejo de RTVE a ver cumplidas sus apoyaremos: “En esta remodelación de la corporación de RTVE solo apoyaremos la opción que reconozca a Cataluña y que hable en catalán”.