El Arzobispado de Valencia celebrará el próximo lunes un funeral por los difuntos de la DANA al que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha confirmado su asistencia. Desde el Ejecutivo aplauden este acto de la Iglesia y avanzan que habrá representación del Gobierno, pero se desmarcan de su organización. Desde Moncloa se está planificando otra ceremonia, con carácter civil, de homenaje a las víctimas, según fuentes del Gobierno.
El Gobierno no tiene una fecha cerrada para este homenaje civil y la pretensión es que se lleve a cabo con la colaboración institucional de la Generalitat Valenciana y otras comunidades autónomas afectadas por la catástrofe, especialmente Castilla-La Mancha, pero también de Andalucía, donde se produjo una víctima mortal.
Por el momento, todavía hay cuatro desaparecidos, según la última actualización de datos del Gobierno. El número de víctimas confirmadas asciende a 230, de las cuales 222 se han reportado en la Comunitat Valenciana. De ahí que se mantenga la fecha para la ceremonia civil en el aire, “cuando llegue el momento adecuado”.
Los reyes ya han confirmado su asistencia al funeral de este lunes en la catedral de Valencia, que oficiará el monseñor Enrique Benavent. Los acompañará algún miembro del Gobierno, a la espera de la decisión de Sánchez. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, también ha avanzado que acudirá, al igual que otros presidentes autonómicos del PP, como la madrileña Isabel Díaz Ayuso, quien ha suspendido un viaje al extranjero para poder estar presente.
El presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, no había recibido este viernes la invitación formal para su asistencia a la misa del Arzobispado de Valencia y, precisamente el lunes, tiene en agenda una visita a la localidad de Letur, donde se produjeron tres fallecidos por la catástrofe.
“No es un funeral de Estado”
Cuando la Conferencia Episcopal Española organizó una ceremonia religiosa en la Catedral de La Almudena en memoria de los fallecidos por la pandemia del coronavirus, el Gobierno delegó su representación en la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Esta última era entonces la encargada de las relaciones con la Iglesia, una función que ejerce ahora el ministro Félix Bolaños. Junto a Calvo acudieron las por entonces presidentas del Congreso, Meritxell Batet, y el Senado, Pilar Llop. Sánchez no asistió, mientras que sí lo hicieron los líderes de PP, Vox y Ciudadanos.
Desde el Gobierno insisten en que la misa organizada ahora por el Arzobispado de Valencia “no es un funeral de Estado”, sino una misa auspiciada por la Iglesia y en la que habrá una oración por los difuntos de la DANA y sus familiares. Para considerarse funeral Estado debe celebrarse a petición expresa de Presidencia o de la jefatura de Estado y este no es el caso. Como tampoco corre a cargo de Presidencia la lista de invitados, sino que la ha definido la propia Iglesia.
El precedente del covid
La pretensión del Gobierno es organizar una ceremonia de Estado de carácter civil, como ya hizo por primera vez para homenajear a las víctimas de la pandemia, diez días después de la ceremonia religiosa en la madrileña catedral de La Almudena. Aquel homenaje solemne, en el Palacio Real de Madrid, fue presidido por los reyes y contó con medio millar de invitados, incluyendo diferentes confesiones religiosas.
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Bolaños ya intervino entonces en su organización, como secretario general de la Presidencia del Gobierno, y ahora volverá a llevar la batuta en el diseño de la ceremonia para honrar a las víctimas de la DANA. El precedente es una ceremonia que descargó casi todo el protagonismo en la sociedad civil que padeció y combatió la pandemia, tratando de rebajar su carga política e institucional.