Cuando ha pasado más de una semana de la catástrofe que dejó la DANA a su paso, sobre todo por la provincia de Valencia, la batalla política vuelve a la primera línea. Y en la oposición, PP y Vox ponen encima de la mesa unas posturas con el único denominador común de señalar al Gobierno de Pedro Sánchez como culpable. En lo demás, las diferencias son amplias y se agrandarán.
El partido de Alberto Núñez Feijóo insiste en declarar la emergencia nacional y pone el foco en que la reconstrucción de todos los municipios arrasados por el agua quede fuera del debate presupuestario, vía real decreto ley en distintas iniciativas que recojan todas las ayudas directas. Bajo esa fórmula los conservadores apoyarían al Ejecutivo y se evitarían, según dicen en Génova, “un chantaje” y una sensación de partidismo frente a las víctimas.
De hecho, el PP ya ha garantizado sus votos para el primer paquete de ayudas que salió publicado en el BOE este miércoles y que tendrá que ser convalidado en el Congreso. Lo que pretenden es que el resto de ayudas se hagan con la misma fórmula y no relacionarlo con las cuentas públicas después de que el presidente abriera esa puerta.
Vox -que en estos días de tragedia no ha dejado de culpar a Sánchez y algunos de sus cargos públicos alentaron, incluso, las agresiones al presidente en Paiporta- ha elegido un camino muy distinto: presentará una querella contra varios miembros del Gobierno por homicidio imprudente y, sobre todo, envía un mensaje contundente al PP: solo cabe la oposición aún más frontal contra Sánchez.
La ultraderecha -al calor de las elecciones en EEUU, que se cruzaron cuando todavía España está de luto por la DANA, firmando una rotunda victoria de Donald Trump- pasa a la ofensiva y considera que el presidente del Ejecutivo “acabará pagando el precio” de no haber declarado la emergencia nacional desde el primer momento.
A diferencia del PP, los ultraconservadores ya no insisten en esa vía porque consideran que habría servido solo al principio de la crisis. El mensaje ahora es el siguiente, tal y como avanzó Santiago Abascal ayer: “Declarar la emergencia nacional no era una opción. Era ineludible e inexcusable. De manera consciente no lo hicieron. Ahora tendrán que pagar por ello”.
A pesar de que Vox salió del gobierno autonómico valenciano -igual que del resto- por ahora no hay reproches hacia Carlos Mazón. Toda la oposición y “la responsabilidad criminal” se dirige hacia el Gobierno central: el presidente, varios ministros y cargos técnicos figurarán en la querella del partido.
En la formación de Abascal siguen viendo que el PP “ha actuado con tibieza” señalando a Sánchez por su tardanza pero, al mismo tiempo, confirmando su apoyo en iniciativas como el real decreto ley. Tampoco en el partido ultra convence la filosofía de pedir la emergencia nacional ocho días después no tanto por el mando -que, en todo caso, tal y como marca la ley recaería en el Ministerio del Interior- sino por la centralización de recursos para no depender del nivel de emergencia declarado a la hora de enviar miembros del Ejército, de la UME y el resto de recursos nacionales a una comunidad ante un desastre de esta magnitud.
En Vox consideran, además, que la indignación de la sociedad por la actitud del Gobierno irá a más. Y entienden que ni el Gobierno ni tampoco el PP están viendo que a esa desesperación hay que dar una respuesta política.
Por eso el partido de Abascal ha emprendido ya un camino propio, el de la querella criminal y mirar como absoluto culpable al Gobierno de Sánchez. En Génova también son conscientes de que la gestión de esta crisis tendrá consecuencias importantes. Y precisamente ante la incomprensión de la sociedad al ver las actitudes de los políticos y, también, la indignación por el tiempo que pasó sin que llegaran efectivos militares y ayuda suficiente a muchos pueblos, Feijóo optó por un discurso de unidad y priorizando dar soluciones a las víctimas de la destrucción.
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El giro lo consumó en una intervención el lunes por la mañana en la sede nacional de Génova. “Tiene que haber un antes y un después”, dijo. Habían pasado solo unas horas del suceso en Paiporta, donde la comitiva de los Reyes, Sánchez y Mazón fueron directamente increpados por la ciudadanía más desesperada y algunos agitadores organizados que están empezando a ser detenidos.