El objetivo marcado es claro, localizar a todos los desaparecidos y en el menor tiempo posible para que las familias de las víctimas mortales de la DANA puedan al menos velar a sus difuntos y empezar a superar el duelo de su pérdida. Los equipos de búsqueda y recuperación de cadáveres son conscientes de la dificultad de tal tarea y siguen trabajando sin descanso principalmente en barrancos, revisando vehículos que todavía permanecían sepultados y utilizando herramientas avanzadas como georradares en la rambla del Poyo y equipos de batimetría en el agua.
Precisamente ayer se localizó flotando, oculto entre cañas, el primer cadáver en l’Albufera tal y como ha informado Levante-EMV. Se trata del cuerpo, muy deteriorado por el paso de los días, de un varón, que fue localizado por el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil en la zona de Silla, y evacuado en helicóptero hasta tierra firme.
Los GEAS y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) siguen buscando hoy posibles víctimas arrastradas por la riada en l’Albufera y la desembocadura del río Túria al mar. Al mismo tiempo, distintas unidades de la Guardia Civil y de la Policía Nacional siguen peinando y rastreando barrancos en Riba-roja, Chiva, Cheste, Godelleta, Aldaia, Torrent y Massanassa, entre otros puntos.
La cifra de fallecidos se situaba anoche en 212 víctimas mortales, cinco más que el día anterior, según el balance del Centro de Identificación de Datos (CID). Asimismo, la cifra de desapariciones activas, recopiladas por las oficinas antemortem en las que la Policía Nacional y la Guardia Civil, se redujo de 78 a 50, aunque hay que tener en cuenta que 29 cadáveres siguen pendientes de identificar.
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Los Topos Aztecas de México
Debido al tiempo transcurrido desde que se produjo la riada el pasado 29 de octubre, los equipos de voluntarios que están colaborando en la búsqueda de cadáveres centran su atención en la presencia de moscas para saber dónde puede haber una posible víctima. Aunque en muchas ocasiones se trata de animales muertos. “La mosca carnaria se alimenta de cadáveres, es de gran tamaño y de color vivo verde o azul”, explica el especialista en catástrofes Héctor Méndez, fundador de los Topos Aztecas de México, presentes en terremotos, huracanes y atentados terroristas como el 11-S. “Para los días que pasaron la larva se convirtió en mosca y es un buen indicio, sumado al hedor, para saber dónde buscar”, argumenta.