El Athletic dejó escapar dos puntos de San Mamés por su tremendo desacierto ante la meta de Rui Silva, una cascada de errores en el remate en las numerosas ocasiones de gol creadas, incluidos tres disparos a la madera, que a punto estuvo de permitir al Real Betis llevarse los tres puntos tras adelantarse en el marcador (1-1).
[–>Lo impidió Alex Berenguer, que, nada más salir al terreno de juego, neutralizó con un cabezazo que castigó un mala salida del meta portugués el tanto de Pablo Fornals que había puesto el 0-1 y permitido al castellonense, entre lágrimas, acordarse de la víctimas de la dana que asolado la Comunidad Valenciana, su tierra. Además de Fornals y Berenguer los goles, se apuntaron también acciones decisivas Oscar de Marcos y Assane Diao, que firmaron las asistencias con dos muy buenos centros. Los disparos a los postes fueron de Oihan Sancet, Iñaki Williams y Aitor Paredes.
El 1-1 frenó las ansias de ‘Champions’ de ambos equipos, que no solo no logran auparse a esas posiciones deseadas sino que el Athletic corre el riesgo de acabar esta duodécima jornada fuera de las otras plazas europeas, de las que se ha caído el Betis. La gran sorpresa de la alineación local fue Djaló y la Bellerín la única novedad visitante. Y por donde ambos se movían llegó la primera gran ocasión del partido. Un remate alto de Nico con toda la portería para él, a centro de Djaló, pero en fuera de juego. Fue la primera de muchas ocasiones locales por esa banda, por la que caían indistintamente los hermanos Williams y Djaló para darle la noche a Bellerín.
Pero todo lo que generaron los ‘leones’ los dilapidaron lastimosamente con remates impropios de ocasiones tan claras. Especialmente dos de Sancet, a sendos centros de Iñaki que deberían haber supuesto el 1-0. La primera de ellas, clarísima, la repelió el palo derecho de la meta visitante. Como también repelió la madera, en ese caso el larguero, un disparo del mayor de los Williams, en ese caso sí un gran disparo, de los que parecen tener patentados los dos hermanos
Como Sancet, Iñaki también dispuso de dos ocasiones claras, la segunda a bocajarro al cuerpo de un Rui Silva sorprendido de salir vivo de semejante balasera. Aún le ayudó una vez más al meta portugués un palo de su portería antes del descanso. El que faltaba, el izquierdo, que despejó un remate peinado de Paredes a saque de córner de Nico.
Se quedó en ocasiones la enorme superioridad del conjunto local, que se relajó en otras llegadas en las que se plantó con opciones en el área visitante. Por parte verdiblanca, en el primer tiempo apenas si reseñar una contra en la que el ‘Chimy’ Ávila se cayó solo cuando llevaba ventaja a Yuri en su carrera por plantarse en un mano a mano con Agirrezabala. Como habría visto Pellegrini la primera parte que, aún sin ir perdiendo, realizó cambios antes de comenzar la segunda.
Le funcionó la decisión al técnico chileno, ya que su equipo mejoró y se adelantó en el marcador en su primera ocasión que tuvo. Fue una incorporación por la banda de Diao, unos de los nuevos, que remató en la frontal llegando desde atrás Fornals. El castellonense, que poco antes había amagado con uno de esos golazos desde lejos que ya ha marcado en alguna ocasión en San Mamés, estalló en lagrimas, se acordó de sus paisanos valencianos víctimas de la terrible dana que los asolado y les dedicó el tanto visiblemente emocionado.
Retomó el Athletic al mando y volvió a percutir sobre la meta bética. Aunque lo hizo por medio de Sancet, que mantenía el punto de mira desviado como en la primera mitad. Primero se cayó ante Rui Silva y después disparo mordido y demasiado cruzado. Movió también el banquillo Valverde y tuvo que ser el recién salido, Berenguer, el que igualase el choque con un cabezazo a centro de De Marcos en una mala salida del meta visitante.
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Antes, a Iker Losada le detuvo el 0-2 Agirrezabala con un paradón; y después Rui Silva el 2-1 a, sucesivamente, Iñaki, Herrera, también con una gran parada, y Gorosabel. Continuó el toma y daca hasta el final pero el marcador no se movió y quedó en el 1-1 que penalizó el tremendo desacierto rojiblanco y premió las ganas de Fornals de acordarse de los damnificados de su tierra.