Eléctrico, rápido y mágico. Así estuvo Carlos Alcaraz ante Andrey Rublev en la segunda jornada de las Nitto ATP Finals, en una puesta en escena muy distinta a la que ofreció el primer día ante Casper Ruud, donde se le vio visiblemente mermado por el resfriado que lleva días afectándole.
Un día entero de recuperación, en el que no pudo ni entrenar, para afrontar un complicado duelo ante Rublev, que pese a caer ante Zverev en la primera jornada, venía mostrando un alto nivel en su juego ofensivo.
Desde el primer momento se vio que las prestaciones de Alcaraz iban a ser muy distintas a las ofrecidas ante Ruud y sus reacciones en los primeros puntos así lo demostraron. Todo ello sin ningún cambio aparente más allá de una simple tirita nasal de color rosa que parecía devolverle los ‘superpoderes’ a un Carlitos que jugó como si nada lo hubiera sucedido.
Dejadas marcas de la casa, derechas a velocidades inalcanzables y su habitual juego de piernas que acabaron por desesperar a un Rublev. “Podría estar mejor, no voy a mentir. Hoy he pensado que me iba a sentir mejor, que iba a estar bien para jugar” aseguró tras el partido.
Una recuperación casi milagrosa que da aires al tenista de El Palmar en sus opciones para estar en las semifinales del próximo sábado, aunque antes deberá superar al tenista más en forma del momento, Alexander Zverev.
Una dura gesta que hace apenas 24 horas parecía impensable que pudiera suceder, pero que tras la victoria ante Rublev y la confianza recuperada a partir de su tirita nasal, parece de nuevo más que posible.
[–>
Carlitos aseguró que llegaba a Turín con el objetivo único de alzarse por primera vez como ‘Maestro‘ y tras superar su momento más difícil, apunta de nuevo a ello con todas las garantías.