En un clima político de máxima crispación, donde cada vez es más habitual tener que parar los debates en el Congreso ante los gritos e insultos que se vierten en el hemiciclo, la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, ha avisado de los “desafíos terriblemente urgentes” que hay que encarar en un contexto que “no es precisamente favorables” y con un “parlamento plural” alejado de las antiguas mayorías absolutas. Ante este escenario, ha apelado al consenso que permitió aprobar la Constitución en 1978 para luchar contra la violencia machista o hacer efectivo el artículo 47 de la Carta Magna, el cual recoge el derecho a una vivienda digna.

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