Impecable primera parte del Barça que lo hizo todo bien. El equipo de Hansi Flick controló todos los aspectos del partido demostrando que cuando juegan la mayoría de los titulares son ultracompetitivos. Destacar también que cada futbolista sabe cual es su misión sobre el terreno de juego, que existen unos automatismos que funcionan a la perfección y que muestran una peligrosa profundidad que en más de una ocasión termina en gol. A todo eso, Lewandowski, con su particular Hat Trick, ya lleva el doble de goles que la pasada temporada y Raphinha está en un estado de forma excepcional. Si a ellos se suma Lamine Yamal, el tridente se convierte en el más efectivo de Europa. La prueba es que no hay otro equipo de las grandes ligas que sume el espectacular promedio goleador de los azulgranas.
Hansi Flick en tan solo tres meses le ha dado la vuelta a un equipo que parecía hundido en el pesimismo y sin un esquema claro de juego. Sin duda, el trabajo físico ha tenido mucho que ver, pero mucho más la disciplina y el orden impuesto por el técnico alemán. A todo ello, el agravante de las lesiones no ha mermado el rendimiento del equipo. A las ya heredadas de Gavi, Araujo, De Jong y Fati hay que añadir la de Dani Olmo, que en los primeros encuentros de la Liga fue uno de los futbolistas más destacados. En fin, que el ADN Flick ha acabado con el interminable debate sobre el juego y el estilo del Barça.
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Respecto a la segunda parte, poco que añadir. Salir con un tres a cero a favor provocó que los futbolistas se relajarán y, al menos, no hubo lesionados. Tal y como está el fútbol, que acabe un partido sin lesiones graves es un éxito. Pues eso, que llega otro inoportuno parón de selecciones, pero con el orgullo del trabajo bien hecho.